El mausoleo conocido como el Taj Mahal, considerado una de las maravillas del mundo moderno, tiene su equivalente mexicano, se encuentra en Acámbaro, Guanajuato. En esta ocasión, en Unotv.com te contaremos su historia.
Este prodigio arquitectónico se ubica en el municipio de Acámbaro, en el estado de Guanajuato. Si bien se le conoce como el Taj Mahal mexicano, en realidad se trata del Templo de las Cruces, en el pueblo del mismo nombre, a unos 12 kilómetros de Acámbaro..
¿Por qué se le llama el Taj Mahal mexicano?
Esta obra arquitectónica está inspirada en el Taj Mahal, monumento funerario que se construyó en la India en el siglo XVII. El templo asiático destaca por una combinación de estilos: persa, islámico e indio, mientras el templo de las Cruces de Acámbaro parece una mezquita.
El llamado Taj Mahal mexicano cuenta con cinco cúpulas doradas que muestran su clara inspiración en el monumento en la ciudad de Agra.
Según información del Instituto Municipal de la Cultura de Acámbaro, el diseño del Templo de las Cruces se debe al arquitecto José Ignacio Monroy. Está construido en su mayoría con cantera rosa, traída desde el municipio de Tlalpujahua, en el estado de Michoacán.
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¿Cómo se construyó el templo de Las Cruces?
El mausoleo asiático estaba dedicado a la memoria de Mumtza Mahal, esposa del emperador Shah Jahan, en tanto el templo de Las Cruces, llamado el Taj Mahal mexicano, se construyó para venerar a la virgen de Guadalupe, cuya imagen se aprecia en la fachada, así como en el interior y en el altar del templo.
El templo mexicano requirió, para su edificación, de las aportaciones voluntarias por parte de los migrantes guanajuatenses. De manera que, además de la belleza arquitectónica, es muestra de una gran solidaridad.
El templo de las Cruces en Acámbaro, Guanajuato, es muy conocido y se suma a lo otros atractivos turísticos de México.
Precisamente en Acámbaro se realiza, para el mes de julio, la Feria de la Panificación, que tiene como atractivo principal la conocida como Lluvia de Pan y de paso puedes aprovechar para observar las cúpulas del Taj Mahal mexicano.