Una explosión de contagios de COVID-19 en China tras el levantamiento de las restricciones sanitarias genera alarma internacional ya que representa una amenaza de crear un “potencial caldo de cultivo” para nuevas variantes del virus.
La Comisión Nacional de Salud china dejó de publicar el número diario de casos, pero autoridades de varias ciudades calculan que cientos de miles de personas se contagiaron en las últimas semanas, mientras hospitales y crematorios en todo el país están desbordados.
China anunció esta semana que viajeros provenientes del exterior no tendrán que hacer cuarentena a partir del 8 de enero, en la última reversión de su estricto régimen de cero COVID que tuvo al país prácticamente aislado del mundo desde el inicio de la pandemia.
Ante la circulación del virus entre una población de mil 400 millones, la mayoría carente de la inmunidad que da la infección previa y muchos sin vacunar, países y expertos temen que China sea un terreno fértil para nuevas variantes.
Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra, dijo que cada nuevo contagio aumenta la posibilidad de que el virus mute.
“El hecho de que mil 400 millones de personas de repente están expuestas al SARS-CoV-2 obviamente crea condiciones para variantes emergentes”, indicó Flahault sobre el virus causante del COVID-19.
Bruno Lina, profesor de Virología en la Universidad de Lyon, dijo al diario La Croix que China se convertirá en un “potencial criadero del virus”.
A su vez, Soumya Swaminathan, quien hasta noviembre fue la científica principal de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló que gran parte de la población china es vulnerable al contagio en parte porque muchos ancianos no han sido vacunados.
“Necesitamos vigilar de cerca cualquier variante de interés“, declaró a la página web del diario Indian Express.
China vigila nuevas variantes del COVID en tiempo real
Por su parte, Xu Wenbo, director de control viral del Centro de Control de Enfermedades chino, anunció la semana pasada que los hospitales del país recogerían muestras de pacientes y subirán la información de la secuenciación a una nueva base de datos nacional, lo que permitiría a las autoridades vigilar posibles nuevas cepas en tiempo real.
Más de 130 derivados de la variante ómicron han sido detectados los últimos tres meses en China, dijo a periodistas.
Entre ellos están XXB y BQ.1 y sus subvariantes, que se propagan en Estados Unidos y partes de Europa.
Pero Xu indicó que BA.5.2 y BF.7 se mantienen como los derivados principales de Ómicron detectados en China.
Flahault señaló que “una sopa” de más de 500 subvariantes de Ómicron se ha identificado los últimos meses, aunque es difícil decir dónde emergió cada una.
“Cualquier variante cuando es más transmisible que la dominante previa, como BQ.1, B2.75.2, XBB, CH.1 o BF.7, definitivamente representan amenazas porque pueden causar nuevas olas”, explicó.
“Pero hasta donde sabemos ninguna de estas variantes conocidas parece exhibir riesgos particulares de síntomas más severos, aunque eso podría darse con las nuevas variantes en el futuro”, agregó.