Guardas botes de yogurt, frascos vacíos y desechables, podría ser trastorno de acumulación
Botes de yogurt, frascos de mermelada, botellas de agua, cajitas de cartón, platos, vasos y cubiertos desechables; para usarlos una segunda o tercera vez, pero no usarlos nunca e incluso, comprar estos mismos objetos nuevamente, podría ser un indicador de padecer el trastorno de acumulación, aseguró, Raquel del Socorro Guillén, académica de Psicología Clínica y Salud de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
¿Qué es el trastorno de acumulación?
“El trastorno de acumulación se caracteriza por un comportamiento desalineado, con pautas conductuales de acumulación de objetos y desperdicios, y un abandono del cuidado y de la higiene personales, y de las relaciones con los demás”, explicó Guillen.
Este padecimiento está considerado dentro del espectro de los obsesivos compulsivos por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés), editado por la Asociación Estadunidense de Psiquiatría, también se le conoce, de manera errónea, como síndrome de Diógenes, explicó la experta.
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“El trastorno de acumulación se caracteriza por un comportamiento desalineado, con pautas conductuales de acumulación de objetos y desperdicios, y un abandono del cuidado y de la higiene personales, y de las relaciones con los demás”.
Guillén Riebeling, académica de Psicología Clínica y Salud de la UNAM
¿Quiénes lo pueden padecer?
Tanto jóvenes como adultos y adultos mayores pueden padecer este trastorno. Sin embargo, se presenta con más frecuencia en los adultos mayores, aseguró Guillen.
¿Qué causa el trastorno de acumulación?
Si bien es cierto que en la aparición del trastorno de acumulación puede influir alguna alteración genética, la mayoría de las veces se presenta a partir de factores ambientales y conductas adquiridas.
Por ejemplo, “algunas familias incluyen, en su patrón de usos y costumbres, la compra o adquisición de ciertos objetos a los que les otorgan un valor simbólico, por lo cual éstos se integran plenamente a la vida de cada uno de sus miembros”.
“Pero con el tiempo es posible que un miembro de una de esas familias sea incapaz de deshacerse de tales objetos, debido precisamente al valor simbólico que representan, y comience a acumular otros iguales o parecidos”, indicó la universitaria.
También se pueden hallar deterioros y problemas emocionales de otra índole. Con frecuencia son personas violentadas, depresivas, que no fueron queridas o amadas”, añadió Guillén Riebeling.
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Signos del trastorno de acumulación
Uno de los signos que puede presentar una persona con trastorno de acumulación es el aislamiento social y consigo mismo. Esto se debe, según la académica de la UNAM a que su obsesión acumulativa le impide vivir en forma adecuada y, sobre todo, bajo condiciones de higiene óptimas.
“No puede moverse con libertad dentro de su propio espacio ni asearse correctamente o preparar bien sus alimentos ni llevar a cabo ninguna actividad profesional o de esparcimiento, ni descansar, porque los objetos y desperdicios que ha acumulado, y seguirá acumulando, invaden cada centímetro del lugar donde habita”.
Guillén Riebeling, académica de Psicología Clínica y Salud de la UNAM
Otra señal de este padecimiento es que, la persona no tiene una noción clara y objetiva de lo que significa el cuidado propio y de los demás.
En ocasiones, su estado de salud es muy malo: tienen hipertensión arterial, diabetes u otra enfermedad que requiere atención inmediata, agregó la especialista.
“Los médicos y los psicólogos deben tener mucho tacto para acercarse a estas personas y lograr que acepten recibir ayuda en un centro de salud, pues, por el hacinamiento en que viven, resulta muy difícil y peligroso brindárselas en su propia casa”.
Guillén Riebeling, académica de Psicología Clínica y Salud de la UNAM
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Tirar los objetos del acumulador no es la solución
“Es importante señalar que no se puede iniciar un tratamiento del trastorno de acumulación eliminando los objetos que esos individuos han almacenado a lo largo del tiempo, porque ello implica alterar de golpe su entorno y, por consiguiente, faltarles al respeto”, afirmó la experta.
“Quienes padecen ese trastorno merecen ser tratadas con respeto, paciencia y tolerancia”.
Guillén Riebeling, académica de Psicología Clínica y Salud de la UNAM
Como primer paso, la especialista sugiere valora las emociones, personalidad, conducta y cognición de la persona para diseñar una estrategia, la cual les permita alcanzar una rehabilitación emocional y una reestructuración cognoscitiva, y de esta manera desarrollar la capacidad para relajarse y solucionar problemas”, concluyó Guillén Riebeling.
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