Recientemente un grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) demostraron experimentalmente que el cuachalalate y la chupandilla regeneran el intestino dañado además de disminuir los síntomas de la colitis y los tumores del cáncer de colon. Pero ¿qué son estas dos plantas originarias de México?
Cuachalalate y chupandilla, ¿qué son y qué se sabe de estas plantas?
El cuachalalate y la chupandilla forman parte de la medicina tradicional mexicana, ambas plantas son comercializadas para curar sus males estomacales. Sin embargo, la UNAM señala que su uso es ancestral; poblaciones originarias del valle de Tehuacán-Cuicatlán, ubicado en la frontera de los estados de Puebla y Oaxaca, utilizan infusiones de esas plantas con el mismo fin curativo.
De acuerdo con observaciones de académicos de la UNAM “llegamos a la conclusión de que para cualquier problema estomacal, la gente del valle de Tehuacán-Cuicatlán utiliza el cuachalalate y la chupandilla”, además de que según una encuesta en puestos del mercado de Sonora, la gente compra el cuachalalate para sus malestares estomacales.
De hecho, cada puesto llega a vender al mes 25 kilos de la corteza de este árbol. Para satisfacer esta demanda, venden el cuachalalate mezclado con otra corteza: la chupandilla.
Y es que, según los investigadores Marco Aurelio Rodríguez Monroy y Margarita Canales Martínez, ambas plantas contienen diversos compuestos químicos, entre los que destacan los flavonoides, que se utilizan en suplementos alimenticios y tienen actividad antimicrobiana, antioxidante, antiinflamatoria y analgésica. “Suponemos que estos compuestos son los responsables de la reducción de la sintomatología de la colitis”.
Beneficios comprobados de estas plantas contra la colitis
Para comprobar los beneficios de estas plantas contra la colitis, Rodríguez Monroy y Canales Martínez, montaron un modelo experimental en ratones con colitis semejante a la que padecen los seres humanos.
Luego de administrarles los extractos de cuachalalate y chupandilla a los ratones, disminuyeron el daño y la sintomatología que ocurre en el intestino; es decir, la arquitectura del intestino dañado se regenera, no hay pérdida de peso y desaparece el sangrado, aunque puede haber casos de diarrea.
Además, tomando en cuenta que todo cáncer de colon viene antecedido de una colitis grave, Rodríguez Monroy evaluó el efecto del cuachalalate y de la chupandilla en ratones con esa neoplasia.
El experto encontró que una vez administrados los extractos de estas plantas, la carga tumoral disminuyó: el número de tumores malignos se redujo a la mitad.
Sin embargo, como basta con un tumor maligno para que el cáncer se extienda y sea mortal, Rodríguez Monroy está probando ambas plantas en el mismo modelo.
Hasta ahora, los resultados preliminares indican que el cuachalalate y la chupandilla pueden reducir hasta un 70% el tamaño del tumor.
Esto no quiere decir que el cuachalalate y la chupandilla sean anticancerígenos, pero, según los estudios preliminares, sí tienen un efecto benévolo prometedor contra el cáncer de colon.
Ahora, un alumno del doctor Rodríguez Monroy probará qué porcentaje o concentración de cuachalalate y chupandilla mezclados podría ser más eficaz contra colitis y cáncer de colon, con la intención de potenciar su efecto.
Ante la evidencia de que disminuyen la carga tumoral y el tamaño de los tumores, también se trabaja con cultivos in vitro de células cancerígenas “a las que agregamos diferentes cantidades de cuachalalate y chupandilla” para estudiar en qué mecanismos o en qué procesos biológicos de estas células influyen los extractos, dijo el experto.
Otra línea de trabajo de los laboratorios de Investigación Biomédica en Productos Naturales y de Farmacognosia de la FES Iztacala es determinar cuál o cuáles son los compuestos activos del cuachalalate y de la chupandilla contra la colitis y el cáncer, ya que su eventual identificación y aislamiento permitirá en un futuro diseñar fármacos contra la colitis y el cáncer de colon, enfermedad de la que se diagnostican en México 15 mil casos nuevos al año.
Dado que el efecto benévolo de ambas plantas fue similar, los resultados de ambos experimentos se publicaron en artículos científicos en dos revistas internacionales especializadas.