Científicos describen un inusual síndrome tras vacunación contra el COVID-19

Las vacunas COVID-19 han sido fundamentales para reducir el impacto del virus SARS-CoV-2 en la población mundial. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, logró describir un inusual síndrome hasta ahora poco estudiado que afecta a algunas personas que fueron inmunizadas contra el coronavirus, así lo dio a conocer esta casa de estudios el pasado miércoles 19 de febrero en su sitio web.
De acuerdo con los expertos, dicha condición denominada “síndrome posterior a la vacunación (PVS)”, no ha sido reconocida por las autoridades médicas, y se sabe poco sobre sus bases biológicas. No obstante, ahora se sabe que entre sus características se encuentran los siguientes síntomas crónicos:
- Intolerancia al ejercicio
- Fatiga excesiva
- Niebla cerebral
- Insomnio
- Mareos
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Según los expertos, dicho síndrome se desarrolla poco después de la vacunación, en un día o dos, aproximadamente y pueden ser más severos en los días que siguen, además de que persisten con el tiempo.
“Está claro que algunas personas están experimentando desafíos significativos después de la vacunación. Nuestra responsabilidad como científicos y médicos es escuchar sus experiencias, investigar rigurosamente las causas subyacentes y buscar formas de ayudar”, indicó Harlan Krumholz , autor del estudio.
¿Cómo fue posible saber esto?
Para este nuevo estudio, los investigadores incluyeron datos de 42 participantes que informaron síntomas de “síndrome posterior a la vacunación” y 22 personas que no informaron ninguno de síntoma.
Posteriormente, los autores del estudio buscaron en las muestras de sangre de los participantes, características inmunes diferentes entre los dos grupos, encontrando divergencias en las poblaciones de células inmunes.
“Aquellos con PVS + efectoras tenían niveles más bajos de células T CD4 y niveles más altos de células T TNF -Alpha + CD8 , ambas son tipos de glóbulos blancos. También hubo diferencias en los niveles de anticuerpos que el cuerpo usa para atacar a SARS -OV -2″, fueron algunas de las diferencias encontradas.
“Los participantes con PVS que nunca habían contraído COVID -19 tenían niveles más bajos de anticuerpos contra la proteína SARS-CoV -2 Spike que los participantes de control, probablemente porque tendían a tener menos dosis de vacunas que los individuos sin PVS “, agrega el estudio.
Sin embargo, cuando los investigadores midieron los niveles de proteína SARS-CoV-2 Spike, la parte del virus que le permite penetrar e infectar las células huéspedes y lo que las vacunas contra COVID-19 usan para desencadenar respuestas inmunes contra el virus, encontraron que algunas personas con este síndrome, incluso aquellos sin evidencia de infección, tenían niveles más altos de proteína Spike que los controles.
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Lo sorprendente, según los científicos es que, por lo general, la proteína Spike se puede detectar durante unos días después de la vacunación, pero algunos participantes con el síndrome tuvieron niveles detectables más de 700 días después de su última vacunación.
La proteína de espiga persistente también se ha asociado con una COVID larga o Long-COVID.
“Eso fue sorprendente. Encontrar la proteína Spike en circulación en un punto de tiempo tan tardío. No sabemos si el nivel de proteína Spike está causando los síntomas crónicos, porque hubo otros participantes con PV que no tenían ninguna proteína de pico medible. Pero podría ser un mecanismo subyacente a este síndrome”, señaló Akiko Iwasaki, coautora del estudio.
A pesar de estos hallazgos, los especialistas destacaron que aún se necesitan más estudios para comprender la prevalencia del PVS .
“Los hallazgos son tempranos y requieren una confirmación adicional, pero eventualmente pueden guiar estrategias para ayudar a las personas afectadas”, señala la investigación publicada en la revista especializada MedRxiv/BMJ Yale.