9/11: ¿Qué es la “enfermedad del World Trade Center”?
Este miércoles 11 de septiembre se conmemoran 23 años de los atentados terroristas en Nueva York, el Pentágono, Virginia, y Pensilvania. Cifras oficiales señalan que, el saldo final fue de dos mil 977 víctimas mortales. Sin embargo, el número de personas dañas a causa de los ataques del grupo terrorista Al Qaeda, asciende a millones, debido a las consecuencias físicas y mentales. Una de estas consecuencias es la llamada “enfermedad del World Trade Center”.
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¿Qué es la “enfermedad del World Trade Center”?
La “enfermedad del World Trade Center” es el nombre que engloba una serie de problemas de salud causados por la exposición a numerosas toxinas ambientales, contaminantes peligrosos y otros factores producto del derrumbe de los emblemáticos edificios neoyorkinos.
Según el Programa de Salud del World Trade Center establecido para proveer monitoreo y tratamiento médico de las afecciones relacionadas con el WTC a los sobrevivientes y al personal de respuesta de los ataques del 9/11, las afecciones que comprende la “enfermedad del World Trade Center” son:
- Lesiones traumáticas agudas
- Cánceres (piel, próstata y mama)
- Trastornos musculoesqueléticos
- Trastornos aerodigestivos (respiratorios y gastrointestinales)
- Afecciones de salud mental
En cuanto a la salud mental, extensos estudios sugieren que los síntomas de estrés postraumático son los efectos más comunes que el 11 de septiembre dejó en la salud. De hecho, casi uno de cada cinco adultos informaron síntomas de estrés postraumático cinco a seis años después del 11 de
septiembre de 2001, alrededor de cuatro veces el índice que normalmente se encuentra en la población
general.
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Los estudios epidemiológicos y clínicos demuestran que existen importantes casos de comorbilidad de enfermedades de salud mental relacionados con enfermedades respiratorias en los grupos expuestos al WTC, indica el gobierno de la ciudad de Nueva York.
¿Quiénes fueron los más afectados?
En el caso del deterioro de la función pulmonar que se detectó en principio, entre bomberos y
trabajadores del servicio de emergencias médicas (EMS) en el período de un año posterior al 11 de septiembre, persistió en gran medida incluso entre aquellos que nunca fumaron. Sin embargo, también se vieron afectados policías y residentes del Bajo Manhattan y trabajadores del área.
También, muchas personas expuestas al WTC informaron acidez, reflujo ácido u otros síntomas de
reflujo gastroesofágico, a menudo con síntomas respiratorios o de salud mental.
Además, diversos estudios sugirieron que la exposición al WTC está asociada con la sarcoidosis, una inflamación que puede afectar cualquier órgano, pero que generalmente afecta los pulmones, entre los trabajadores de rescate, recuperación y limpieza, especialmente, aquellos que trabajaron en la pila de escombros.
Algunos estudios sugieren que la reducción del crecimiento fetal que se encontró en algunos bebés cuyas madres estuvieron embarazadas el 11 de septiembre, lo que puede estar relacionado con el estrés causado por los ataques.
Datos de la encuesta de base del Registro del Salud del WTC hecha a tres mil niños y adolescentes indican que los menores atrapados en la nube de polvo del 11 de septiembre corrieron un riesgo
más elevado de desarrollar asma.
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¿Qué provocó que la gente enfermara después del 9/11?
Los factores de riesgo para probables casos de la “enfermedad del World Trade Center”, son:
- Exposición intensa a la nube de polvo o haber sufrido una lesión el 11 de
septiembre. - Haber estado en un piso alto del World Trade Center, haber evacuado tarde o
haber trabajado para un empleador que sufrió pérdidas humanas. - Haber presenciado escenas horrorosas o conocer a alguien que murió o fue
lesionado el 11 de septiembre. - Apoyo social escaso o nulo después del 11 de septiembre.
Según un estudio publicado en la revista internacional Enviromental Research and Public Healt, se estima que casi medio millón de personas corren un mayor riesgo de sufrir efectos adversos para la salud debido a la exposición a factores estresantes físicos, psicológicos y emocionales en los días, semanas y meses posteriores a los ataques terroristas.
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