Bowie, es un ave de la especie caracara cheriway, que vuela casi todo el cielo de América; Melchor es un búho café cuyo hábitat son las zonas costeras del centro y sureste del país.
Dani, Pati, Isa y Pau, son cuatro chicas que cuidan, rehabilitan y liberan aves rapaces en el Centro de Conservación de Vida Silvestre UMA Konkon, ubicado en Puebla.
“Bowie tiene una lesión en el ala y por eso ya se quedó como residente, ya no puede ser liberado”.
Daniela Cruz, estudiante de Biología, BUAP
Por su parte, la también estudiante de biología, Isabel Cid explica que el búho Melchor “fue bajado del nido cuando era una cría, entonces problemas conductuales no puede ser liberado”
Ellas son estudiantes de biología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y desde hace cinco años, son voluntarias en Konkon, donde llegan aves rapaces lastimadas o enfermas.
“… Envenenamiento, fracturas de alas, patas y también pérdida de la visión, debido a que fueron atacadas con piedras por parte de las personas…”
Patricia Arcos, estudiante de Biología, BUAP
Así, han creado un proyecto para una buena alimentación y rehabilitación; reproducción asistida; análisis no invasivos, y evitar el tráfico ilegal.
“La aguililla Harris es una de las aves más traficadas en nuestro país y cada vez entran más a la categoría de riesgo ya sea en la categoría en peligro de extinción o en amenaza…”
Paulina Plata, estudiante de Biología, BUAP
Todos en el Centro son guiados por el investigador Andrés Estay, fundador de UMA Konkon en 2015.
“La idea siempre con estos animales es hacer lo mejor posible”.
Andrés Estay, profesor investigador Facultad de Ciencias Biológicas, BUAP
Su proyecto concursa a nivel nacional con otros ecológicos, pero la recompensa no es el primer lugar.
Aproximadamente son 40, 50 los que se llegan a liberar; ellos vienen a Konkon y tiene su rehabilitación, así que son liberados
Patricia Arcos, estudiante de Biología, BUAP
Concluyen que ver todo el proceso de rehabilitación de las aves y al llegar a las liberaciones … “es algo muy hermoso, hasta dan ganas de llorar…”