Martha Anaya comienza su columna señalando el inicio de las comparecencias de los secretarios de Estado, los primeros fueron el de Gobernación, Adán Augusto López y el de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, en el Senado y en la Cámara de Diputados, respectivamente.
Nuestra columnista dice que a Adán Augusto López le fue muy bien en el Senado, que su comparecencia estaba bien “planchadita”, los opositores no lo trataron nada mal, salvo lo que comentó un senador del grupo plural que lo acusó de hacer pactos de impunidad, pero el secretario salió al paso de los comentarios con gran tranquilidad.
Anaya menciona que lo más que se recordará sobre la comparecencia de Adán Augusto López será su paseíllo cuando llegó al salón de sesiones del Senado, porque se tardó 20 minutos en pasar escaño por escaño para saludar a todos los senadores, incluidos los de oposición.
Sin embargo, por su parte, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, no le fue muy bien en cuanto a las formas. Primero lo estuvieron esperando dos horas, eso fue en la Cámara de Diputados, pero al día siguiente en el Senado fueron casi tres.
Esto se dio porque los distintos coordinadores de los grupos parlamentarios traían otro pleito con Santiago Creel, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, y esto retrasó la comparecencia del secretario.
“Su comparecencia fue tan técnica y él tan propio que fue un tafil total; los durmió y lo mismo le pasó en el Senado”.
Martha Anaya
Anaya recuerda que para cuando el secretario empezó hablar el Senado el recinto ya estaba casi semivacio y su comparecencia no generó ningún entusiasmo, “no lo golpearon, sólo lo desairaron”.
“Y así comenzamos estas comparecencias”.
Martha Anaya