Javier Solórzano reflexiona sobre la propuesta de Claudia Sheinbaum de eliminar los exámenes de admisión y permitir un pase directo de secundaria a preparatoria.
Solórzano destaca que una de las propuestas de la futura presidenta de México es “digna de debate”. Según él, es crucial discutir si debe haber o no examen de admisión para pasar de secundaria a preparatoria y de preparatoria a universidad.
Señala que, en principio, la idea de que los estudiantes asistan a la escuela más cercana a su hogar “tiene una lógica”. Sin embargo, también plantea preocupaciones sobre las diferencias en la formación que ofrecen las escuelas en distintas ubicaciones.
El periodista subraya que los exámenes de admisión buscan evitar actos de corrupción y permiten tener evaluaciones de largo alcance sobre la capacidad de los estudiantes.
“La certificación de terminar tercero de secundaria es parte del proceso que certifica que ese estudiante ha cumplido con los requisitos”.
Javier Solórzano
Solórzano reconoce que la formación no es homogénea en todas las escuelas, lo que genera disparidades en las capacidades con las que los estudiantes egresan de secundaria y preparatoria.
“No es lo mismo una escuela en un lugar que en otro lugar, la formación tiende a ser diferente”, apunta. Esto se complica aún más en el nivel medio superior, donde existen instituciones de dudosa calidad, a las que se refiere coloquialmente como “escuelas patito”.
Un punto crucial que plantea Solórzano es el nivel de preparación con el que los estudiantes llegan a la universidad.
Javier Solórzano
- “Un buen número de estudiantes que terminan la preparatoria puede acceder a la universidad, pero no necesariamente accede con los conocimientos para poder hacerlo”.
La eliminación de los exámenes de admisión plantea un desafío significativo para las universidades, que necesitan garantizar que los estudiantes estén preparados para los rigores académicos que enfrentarán.
La autonomía de las universidades es otro tema que Solórzano considera fundamental en este debate. La posibilidad de que instituciones como la UNAM renuncien a los exámenes de admisión para aceptar a todos los solicitantes pone en tela de juicio la capacidad de las universidades para manejar el volumen y la calidad de la educación impartida.
Finalmente, Solórzano critica la falta de continuidad y consistencia en las políticas educativas, que cambian con cada administración sin un análisis profundo de sus efectos a largo plazo. “Cada sexenio los que llegan dicen ahora sí traemos el mejor sistema educativo”, concluye el periodista.