La contingencia sanitaria por la COVID-19 puede llevar a algunas personas a sufrir el llamado "trauma vicario", experimentando síntomas como angustia y ansiedad, de forma similar al estrés postraumático.
El "trauma vicario", un desgaste emocional importante derivado de estar en contacto continuo con el sufrimiento, la fragilidad y la vulnerabilidad humana.
De acuerdo con la Universidad Iberoamericana, el "trauma vicario" afecta principalmente al personal médico que si bien puede no estar en primera línea de la lucha contra la pandemia, sí tiene contacto con el tema.
Sin embargo, las personas que durante el confinamiento tienen una sobreexposición a información relacionada con el coronavirus o que están cerca del fenómeno por su trabajo o su imposibilidad de quedarse bajo resguardo como policías o personal de servicios también pueden padecerlo.
Según Juan Carlos Hurtado Vega, psicoterapeuta de la Clínica de Bienestar Universitario de esta universidad, una gran cantidad de información sobre el tema puede llevar a las personas a presentar depresión, ansiedad, miedo y angustia, además de dudas sobre su capacidad de autocuidado.
Por ello recomiendan evitar el exceso de exposición a información relacionada con el coronavirus, de esta forma no se necesitará una intervención específica, a diferencia de otros padecimientos como estrés postraumático, cuya atención requiere terapia psicológica y, en algunos casos, una intervención psiquiátrica con medicamentos.
No obstante, Hurtado Vega indica que es posible que las personas que se encuentran en la primera línea de atención de la COVID-19 sufran de estrés postraumático, dado que éste se presenta personas que sufren o sufrieron una situación de muerte, y actualmente se encuentran expuestos a un lugar donde hay angustia y enfermedad y en el que su propia vida está en riesgo.
Las personas que se dedican a labores esenciales, quienes están en confinamiento pero que tienen que salir a hacer las compras, o quienes tienen que acudir a sus centros de trabajo pueden padecer trastornos de angustia y de ansiedad, pero no de estrés postraumático, indica el experto.