Prohíbe China reuniones políticas en destinos turísticos
El máximo órgano anticorrupción del régimen comunista chino publicó una lista de 21 famosos destinos turísticos del país en los que a partir de ahora estará prohibido que se celebren conferencias y reuniones de altos cargos, como parte de la campaña pro austeridad y contra el despilfarro oficial.
La lista, que puede consultarse en la web oficial de la Comisión Central para Inspección y Disciplina del Partido Comunista, incluye lugares como la Gran Muralla, los alrededores del Buda Gigante de Leshan o las tropicales playas de Sanya.
También aparecen montes sagrados y conocidos por su pintoresca belleza; como la Montaña Amarilla (Huangshan) o la de Lushan, famosa porque se celebró un plenario del Partido Comunista de China y porque era uno de los lugares de descanso favoritos para el fundador del régimen, Mao Zedong.
De acuerdo con las autoridades anticorrupción, todos los órganos del Partido Comunista en todos los niveles de los parlamentos; de la Liga de Juventud Comunista y de muchos otros administrativos, tienen a partir de ahora vetada la entrada en estos lugares a la hora de organizar eventos.
La medida se suma a una larga serie de limitaciones en el gasto de los altos cargos públicos que también han incluido reducciones en los viajes oficiales, prohibiciones de dar o recibir regalos, y veto a la supresión de grandes recepciones o banquetes.
Estos recortes, unidos a la amplia persecución contra altos cargos corruptos, buscan combatir lo que según Pekín es el principal motivo de descontento social en el país.
Dentro de esta campaña se ha lanzado recientemente una serie de anuncios de dibujos animados dirigida a los altos cargos chinos, en la que se adoctrina sobre cómo evitar caer en la corrupción y el despilfarro.
En cinco episodios de dos minutos se enseña que debe haber austeridad en las bodas, funerales y cumpleaños de políticos o sus familiares, o que se deben evitar actividades de placer en viajes de trabajo, entre otros consejos.
Las medidas anticorrupción, por otro lado, han tenido como efecto secundario la reducción del negocio en algunos importantes sectores de la economía china, como el turístico, el comercio de productos de lujo o los restaurantes caros.