“El machismo ha sido derrotado en Brasil”: Lula da Silva
Comenzaba 2009 cuando Dilma Rousseff apareció más joven y atractiva, peinado y vestuario modernos, y unos lentes de contacto que sustituían aquellas gafas que le daban un aire de profesora universitaria o de técnica en informática.
La marca de sus consultores y asesores de imagen que ya construían su candidatura se hizo evidente a partir de entonces, empeñados éstos en suavizar su perfil tecnocrático y sin vocación política de que la acusaban sus opositores, tratando más bien de darle un aspecto y un rostro más humanos.
Dilma comenzó a expresar la poderosa carta que implica ser mujer y presidenta de Brasil, y en alguna ocasión, al ser cuestionada sobre su temperamento fuerte y su carácter enérgico y severo, respondió sin contemplaciones:
"Siempre que la mujer ejerce cargos con alguna autoridad es calificada de dura, rígida, dama de hierro o cualquier cosa por el estilo. Eso no es sino un estereotipo, una camisa de fuerza que pretenden colocarnos a las mujeres".
Más de una vez –con mayor razón después del triunfo electoral de octubre de 2010-, Lula Da Silva utilizó un discurso similar para respaldarla, afirmó: “Es la primera demostración de que el machismo ha sido derrotado en Brasil".
Durante buena parte de 2009, Dilma se mantuvo en las encuestas hasta 18 puntos abajo de José Serra; pero el puntaje se fue elevando y, en diciembre de ese año, la intención de voto era del 23%, mientras su principal rival tenía un 37%. Finalmente, El 1 de enero de 2011, en un acontecimiento histórico, toma posesión como la primera mujer presidenta de la República Federativa de Brasil.