China niega al Dalái Lama derecho a decidir ser último jefe espiritual tibetano
El Dalái Lama ya ha barajado en otras ocasiones la posibilidad de romper con la tradición.
China acusó este miércoles al Dalái Lama de "pretender pervertir la historia" y le negó el derecho a decidir poner fin a la tradición plurisecular de reencarnación de los líderes espirituales tibetanos.
"El título de Dalái Lama es conferido por el gobierno central según una historia secular", dijo Hua Chunying, portavoz de la diplomacia china, afirmando que al actual 14º Dalái Lama no le corresponde elegir si tendrá o no un sucesor.
"China mantiene una política de libertad de creencia y de culto en la que se inscribe el respeto y la protección de la transmisión del budismo", añadió Hua, acusando al Premio Nobel de la Paz de "intenciones ocultas" que vulneran esta religión.
El Dalái Lama, de 79 años, afirmó el domingo en una entrevista al dominical alemán Welt am Sonntag que esperaba ser el último jefe espiritual tibetano y poner fin a una tradición religiosa de siglos de antigüedad.
Al ser preguntado si los tibetanos siguen necesitando un Dalái Lama, respondió: "La institución del Dalái Lama existe desde hace casi cinco siglos. Esta tradición puede detenerse con el 14º Dalái Lama, que es muy querido". "Si hubiera un 15º y avergonzara esta función, la institución del Dalái Lama sería ridiculizada", añadió riéndose, según una transcripción de la entrevista en inglés.
Según la tradición tibetana, los monjes tienen que identificar a un muchacho que reúna una serie de características reveladoras de que es la reencarnación del último jefe espiritual. El Dalái Lama ya ha barajado en otras ocasiones la posibilidad de romper con la tradición eligiendo a un sucesor antes de su muerte u organizando elecciones.
El Dalái Lama provocó la ira de los chinos en mayo de 1995 al anunciar la designación del joven tibetano Gedun Chokyi Nyima como reencarnación del 10º panchen lama -la segunda autoridad religiosa del budismo tibetano-, que había muerto en 1989 tras ser un aliado crítico de China.
Beijing respondió haciendo desaparecer al candidato del Dalái Lama y designando en su lugar a Gyeltsen Norbu. Muchos tibetanos consideran al panchen lama nombrado por Beijing como un impostor.