Alertan por secuelas de derrame de petróleo en Golfo de México
Científicos señalaron que a salud del Golfo se resintió en un 12%.
Desde el aire, cinco años después de la explosión en un pozo de BP, el Golfo de México luce limpio, verde, lleno de vida, en un reflejo de la fuerza de la naturaleza, pero lo que se ve debajo de la superficie no es nada alentador.
Datos del gobierno y numerosos estudios científicos revelan problemas pues todavía hay manchas de petróleo en el mar y en los pantanos de la Bahía Barataria abundan los bultos con alquitrán; las muertes de delfines se han más que triplicado y las tortugas marinas casi no anidan desde el derrame.
Algunos peces han desarrollado enfermedades cutáneas y otras internas, mientras que los corales de aguas profundas también han sido afectados.
En algunos casos, la conexión con el derrame de BP es clara, en otros resulta más difícil demostrar una relación directa de millones de litros de petróleo durante 87 días.
"La naturaleza respondió bien a un gran desafío. Debemos considerarnos afortunados", sostuvo Chris Reddy, del Instituto Oceanográfico Woods Hole, pero agregó que "lo que preocupa es las cosas que no vemos".
Para analizar la salud del Golfo de México, 26 científicos marinos indicaron que la salud del Golfo se resintió en un 12%.
Coincidieron en que antes del derrame, la salud merecía 73 puntos en una escala del 0 al 100 y en que ahora recibe 65. Las áreas más afectadas son las de los delfines, las ostras, las tortugas marinas, los pantanos y el lecho marino.
BP difundió en marzo un informe de 40 páginas según el cual el Golfo se había recuperado mayormente y que menos del 2% de los sedimentos de las aguas y el lecho marino exceden los límites de toxicidad del gobierno.
Algunos expertos se muestran sorprendidos por la recuperación del Golfo aunque el gobierno nacional no cree que se haya recuperado totalmente.
"Obviamente no está tan saludable como antes", dijo el jefe del cuerpo de científicos de la Administración Oceánica y Atmosférica, Richard Spinard, quien recuerda la muerte de delfines y de otros peces y los problemas en el lecho marino.
El petróleo bañó unos mil kilómetros de pantanos en Luisiana, en los que aparecen con frecuencia masas de alquitrán.
Una importante isla de manglares donde había colonias de aves casi desapareció debajo del agua. Imágenes satelitales muestran que ha desaparecido más de 30 centímetros en los bordes de los manglares y los científicos han detectado contaminantes del petróleo en plantas y animales.
BP sostiene que "sólo poco más de un kilómetro sigue registrando grandes cantidades de petróleo".