Al Shabab reivindica ataque contra personal de la ONU en Somalia
El grupo islámico Al Shabab reivindicó este lunes el atentado contra un vehículo de las Naciones Unidas en la ciudad de Garowe, en el noreste de Somalia, causando la muerte a nueve de sus ocupantes, entre ellos cuatro trabajadores de la Unicef.
Una bomba colocada bajo un asiento del minibus estalló cuando se disponía a entrar en el edificio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), sede de la organización en la capital de la región semiautónoma de Puntlandia.
“Los mujahidines atacaron a personal de la ONU y mataron a nueve personas, entre ellos trabajadores del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) no musulmanes”, informó el vocero de Al Shabab, Ali Dheere, en un comunicado divulgado por medios árabes.
Al Shabab, que en 2012 anunció su adhesión formal a Al Qaeda y lucha para instaurar un Estado islámico de corte wahabí en Somalia, muestra con esto el alcance y su capacidad que tiene para infligir daños severos a intereses internacionales, agregó.
El Unicef confirmó en un comunicado que cuatro de sus empleados fallecieron y otros cuatro resultaron heridos en el ataque, los cuales se encuentran en condición grave.
Afirmó que el atentado ocurrió mientras los empleados viajaban de la casa donde se hospedaban a su lugar de trabajo, un trayecto que toma regularmente tres minutos.
El organismo, de acuerdo con el comunicado, trata de establecer contacto con los familiares de las víctimas y evacuar por aire a los heridos.
“Los colegas del Unicef eran una parte integral de este organismo en Somalia, dedicados a mejorar la vida de otras personas”, de acuerdo con el comunicado.
Al Shabab, lanzó una operación en una universidad del este de Kenia causando más de 140 muertos, atacó la víspera un convoy de la Misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom) en el sureste del país, dejando al menos 13 soldados muertos.
Somalia vive en estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, dejando al país sin un gobierno efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, “señores de la guerra” y bandas de delincuentes armados.