Guevara y Castro protagonizan muestra de Korda en California
En 1962, el fotógrafo Alberto Díaz Gutiérrez, conocido como Korda, llegó a la provincia cubana de Ciego de Avila, se presentó ante Ernesto "Che" Guevara y le dijo que lo habían enviado para tomarle fotos. El guerrillero argentino-cubano le preguntó si es que había cortado caña alguna vez. Korda le contestó que nunca había realizado tal tarea y el revolucionario marxista lo mandó a la zafra por una semana.
Las fotos que le tomó después, así como varias imágenes de Fidel Castro y su famosa foto de Guevara llamada "El Guerrillero Heroico", son parte de la muestra "Korda: el fotógrafo revolucionario", que abre el sábado en el Museo de Arte Latinoamericano, en Long Beach, California.
La exposición de 19 fotos en blanco y negro muestra a Guevara y Castro más que nada en momentos de esparcimiento y en faenas laborales: Castro jugando golf, pescando junto a un Guevara de pelo largo. También incluye fotos del filósofo francés Jean-Paul Sartre y el poeta chileno Pablo Neruda.
La foto más destacada de la exposición, y una de las más conocidas en el mundo, es "El Guerrillero Heroico", en la que Guevara aparece con la mirada firme hacia un horizonte distante. Fue tomada en 1960, durante el servicio de decenas de personas que murieron en la explosión de un cargamento de armas y explosivos el día anterior. Castro había responsabilizado a Estados Unidos del incidente y Guevara parecía enojado y dolido, dijo Korda a la revista italiana Progresso Fotografico en 1983.
"Tanto Fidel Castro como Che Guevara eran dos sujetos de muy buen aspecto plástico para la fotografía y tuve esa suerte, ¿no?, de retratar a estos dos sujetos y que se viera en mi fotografía no solamente una expresión sino un concepto plástico", dice el fotógrafo en el documental "Sencillamente Korda", de Roberto Chile, que es parte de la muestra.
Con el tiempo, la foto trascendió lo político y se volvió un símbolo de arte pop, así como de rebeldía, protesta y resistencia, de acuerdo con Carol Wells, fundadora y directora ejecutiva del Centro para el Estudio de Imágenes Políticas, con sede en Culver City.
"Hay muchas fotos del Che pero esta tiene misticismo, aura de otro mundo, parece casi sagrada, y por eso es que esta imagen ha sido usada tantas veces", dijo Wells. "Es emblemática en dos sentidos: uno como foto y otro como referencia de arte pop. De lo sacro a lo profano, es un símbolo pop".
La foto "no es de gran calidad, no está bien enfocada y ... no hay el blanco puro, o sea, va de gris a medio", según Stuart Ashman, quien creció en Cuba, se graduó en Fotografía y Bellas Artes en la City University of New York y ahora es presidente y director ejecutivo del museo que presenta la muestra.
Sin embargo, añadió Ashman, "es tan emblemática que eso no importa. Es como decir, 'mira, aquí en la Mona Lisa, la pintura no está muy bien, la hubieran pintado de otra forma".
Korda tomó la foto un año después de dejar su carrera como fotógrafo de modas. Tras el triunfo de la revolución en 1959, trabajó 10 años como fotógrafo del régimen cubano.
Su conocimiento de modas y estilo trasluce en muchas de las fotos, como una titulada "David y Goliat", que muestra a Castro de pie mirando la cara de la gigantesca estatua de Abraham Lincoln en la capital estadounidense; así como en el retrato de una muchacha miliciana y de Castro fumando sentado en la tierra con un niño detrás suyo armado con un rifle.
"Él estaba trabajando para presentar la cara de la revolución de manera positiva para la historia. Su papel con estas fotos era crear un documento positivo de la revolución, que fuera accesible y de varias maneras inspirador", agregó Ashman. "¿Por qué escogieron a Korda? Porque Korda era fotógrafo de modas, o sea que sabían que era un tipo que sabía cómo funciona ese mundo, el mundo del marketing. Entonces ellos (dicen), 'Esta es la imagen que la revolución quiere tener'''.
Korda murió en el 2001 en París, a los 72 años.
La exposición, que incluye imágenes de 1959 a 1962, termina el 2 de agosto. Las fotos pertenecen a los coleccionistas Steve Pieczenik y Roberta Rovner Pieczenik.