Ya sea que estés inscrito en el SAT y harás cambios profesionales, o que apenas empezarás con tu vida laboral, hay algunas cosas que debes saber, como bajo qué tipo debes registrarte. Por eso, esta vez en Unotv.com te contamos qué y cuáles son los regímenes fiscales.
De entrada, debes saber que para el Servicio de Administración Tributaria (SAT) hay dos tipos de contribuyentes, siendo éstos las personas físicas, que te incluye y a todos los ciudadanos con ingresos, sin importar el origen; así como las personas morales, que no son más que las entidades conformadas por una o varias personas físicas o morales, como lo son las empresas.
Al respecto, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) apunta que ambas pueden ser identificadas porque las personas físicas tienen nombres y apellidos, mientras que las personas morales tienen denominación o razón social.
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¿Qué son los regímenes fiscales?
Por otra parte, ya en la cuestión de los regímenes fiscales que te corresponderían como persona física, el SAT los define como ese conjunto de derechos y obligaciones que tendrás que cumplir como ciudadano por desempeñar una actividad económica específica.
En otras palabras, los regímenes fiscales no son más que los grupos en que el SAT divide a las personas físicas según las obligaciones que tendrán como contribuyentes, y de acuerdo a su actividad económica.
Ahora que, como ya mencionamos, el régimen al que pertenecerás dependerá de la actividad económica que desempeñes en cierto tiempo, pues si bien puedes recibir un salario fijo en una empresa, quizá después recibas ingresos por un negocio que acabas de abrir o algún extra repartiendo comida por aplicación.
¿Qué son los regímenes fiscales?
Mientras que, respecto a cuáles son los regímenes fiscales que funcionan actualmente en México, la Condusef señala cuatro en su revista Proteja su Dinero:
Sueldos y Salarios e Ingresos Asimilados a Salarios
Éste, como su nombre lo indica, abarca a todos los trabajadores que tienen contrato con alguna empresa y que, por lo mismo, reciben un sueldo fijo y prestaciones de ley, al estar incluidos en la nómina.
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Aunque también se incluye a los empleados que, aunque pudieran contar con un contrato y laborar de forma regular en la compañía, no reciben su salario por nómina, sino a través de recibos de honorarios, pero de forma también regular, siendo éstos los “asimilados a salarios”.
Actividades Empresariales y Profesionales
Mientras que, por otro lado, en el régimen de actividades empresariales y profesionales están todos los contribuyentes que realizan sus actividades de forma independiente, ya sea como freelance en el marco de tu carrera profesional o a través de la prestación de servicios y la venta de bienes.
O sea que, si tienes un negocio, este podría ser tu régimen, así como si además de tu trabajo fijo haces cosas extra, como dar asesorías o trabajos eventuales. De ser el caso puedes tener éste y el anterior juntos.
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Actividades Empresariales con Ingresos a Través de Plataformas Tecnológicas
Por otro lado, este régimen te corresponde si te dedicas al reparto de productos o el traslado de personas a través de una app, así como si vendes y compras algún producto a través de plataformas electrónicas.
En otras palabras, éste es el tuyo si tienes ingreso por alguna de las modalidades de Uber o Didi, o vendes algún producto en Mercado Libre, Amazon u otra plataforma.
Régimen Simplificado de Confianza
Mientras que, por último, está el Régimen Simplificado de Confianza (Resico), destinado a aquellas personas que perciben al año menos de 3.5 millones de pesos por su actividad económica, con la ventaja de que éste tiene menos trámites que los anteriores y además cuenta con facilidades extra para realizar las declaraciones.
Toda vez que la mayor cualidad de éste es que cuenta con tasas de impuestos más bajas, destinadas, sobre todo, a quienes cuentan con un negocio chico, como una papelería o una miscelánea.
En tanto que, aunque éstos son los regímenes disponibles actualmente en el país, lo mejor es que, para inscribirte en uno, o dar de alta nuevas obligaciones, busques la asesoría de un contador, o directamente en uno de los módulos del SAT.