El domingo los negociadores de la Unión Europea y el Reino Unido retomarán las difíciles conversaciones sobre un acuerdo posbrexit en Bruselas. Este que será un nuevo intento por destrabar el camino a un acuerdo se decidió durante una conversación telefónica entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson.
A través de un comunicado conjunto, los dos líderes apuntaron que las diferencias que persisten en las posiciones hacen que “ningún acuerdo es alcanzable”. Por ello, “acordaron que debe haber un nuevo esfuerzo de nuestros equipos negociadores para evaluar si (las diferencias) pueden ser resueltas”.
El viernes pasado los dos jefes negociadores, el francés Michel Barnier y el británico David Frost, anunciaron una “pausa” en las negociaciones que se mantenían en Londres, ante la persistencia de las divergencias.
Dichas conversaciones quedaron empantanadas por diferencias en tres temas principalmente:
- Derechos pesqueros
- Competencia y ayudas estatales
- Gestión legal del eventual acuerdo sobre su relación posbrexit, en particular el mecanismo de solución de controversias.
Los equipos conducidos por Barnier y Frost mantienen una desesperada carrera contra el reloj para hallar un acuerdo, ya que el Reino Unido abandonará el mercado único y la unión aduanera el 1 de enero de 2021.
Después de los anuncios de Von der Leyen y Johnson, Barnier publicó en twitter un breve mensaje: “Veremos si hay un camino. El trabajo continúa mañana”.
En Bruselas el negociador europeo presentó a Von der Leyen un panorama de las conversaciones, y para el domingo tenía previsto hacer lo mismo con integrantes de una comisión específica del Parlamento Europeo que acompaña esta cuestión.
Los europeos quieren llegar a un acuerdo de libre comercio antes de que termine el fin de semana, para que así pueda ser ratificado por el Parlamento europeo, y que entre en vigor el 31 de diciembre.
En caso de llegar a un acuerdo, las relaciones comerciales entre la UE y el Reino Unido estarán regidas desde el 1 de enero por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), sinónimo de aranceles y cuotas, lo que hace correr el riesgo de un nuevo golpe económico que se añadiría al ya provocado por la pandemia del coronavirus causante de COVID-19.