Ya sea para salir de un apuro o comprar algo costoso, lo más común es pedir prestado a un conocido o a algún banco. Sin embargo, si no sabes si solicitar un crédito o préstamo, en Unotv.com te decimos cuáles son las diferencias.
Aunque regularmente estos conceptos se utilizan como sinónimos, aunque muy similares, para el sector financiero son instrumentos diferentes que se aplican para cosas y en momentos dispares, de los que te hablaremos más adelante.
¿En qué se diferencian un crédito y un préstamo?
Como mencionamos, es común usar crédito y préstamo como sinónimos porque en ambos casos una entidad le presta dinero a otra a cambio del pago de ésta, con intereses y otros cargos acordados previamente, y en un tiempo determinado.
Mientras la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) apunta a que el préstamo se usa más entre dos personas, ya sea amigos o familiares, en realidad tanto civiles como instituciones bancarias pueden otorgar ambos instrumentos. Incluso, tanto el prestamista como el cliente pueden ser personas físicas o empresas.
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Y aunque hay quienes refieren que en el préstamo el dinero debe ser devuelto con sus intereses en una sola exhibición, como fue entregado, la verdad es que ambos pueden ser liquidados en plazos, acordados previamente con los intereses y otros costos que habrá que cubrir.
Sin embargo, a pesar de que ambos instrumentos financieros son similares, su gran diferencia es la entrega del dinero. Es decir, en un préstamo el banco, digamos, te da como cliente todo lo que le pediste en una sola exhibición, para que tú hagas con él lo que necesites. Por el contrario, en un crédito el banco te aprueba una cantidad y la pone a tu disposición, pero tú serás quien determine cómo la vas usando.
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Por lo mismo, en el primero tendrás que pagar la totalidad de lo que recibiste más los intereses y otras comisiones, mientras que en el crédito sólo pagarás lo que usaste, así como los intereses por lo que utilizaste, que podría ser sólo una parte de lo asignado. El mejor ejemplo de éste es una tarjeta de crédito, o una línea de crédito empresarial.
Otra cosa en la que ambos son diferentes es que regularmente con el crédito puede accederse a cantidades mayores, pues regularmente sólo se utilizará una parte, además de que ciertas líneas de crédito se van renovando anualmente, ampliándose según lo usado durante el periodo, así como el historial de pagos.