Pekín se lanzó contra las empresas digitales chinas, entre ellas Didi, el “Uber chino“, por un problema que afecta los datos personales de los usuarios.
Didi, que domina el mercado de la reserva de coches con conductor (VTC) en China, es objeto de una investigación a raíz de la recopilación de datos privados que realiza.
Por orden de las autoridades, la aplicación ya no se puede descargar, pero sigue siendo utilizable por los usuarios que la tienen en sus teléfonos.
Las empresas relacionadas con internet son especialmente dinámicas en China, donde una legislación sobre datos y la ausencia de competidores extranjeros permitieron la aparición de gigantes locales.
De este modo, el sector de la tecnología ha podido recabar grandes cantidades de datos personales sobre los chinos (hábitos de viajes, comidas, tipos de compras, pagos), a través de la multitud de aplicaciones que utilizan diariamente.
Pekín se preocupó en un primer momento por los consumidores, temiendo que esto pudiera conducir a abusos en un sector que ya afecta a todos los aspectos de la vida (comercio, salud, finanzas, entre otros).
Más de 100 aplicaciones digitales presentaron problemas
En los últimos meses, el Gobierno ha dado muestras de mayor firmeza y ha iniciado procedimientos contra varias empresas, a las que les pidió “corrijan” unas prácticas hasta ahora toleradas.
En mayo, más de 100 aplicaciones fueron identificadas por problemas de recopilación de datos, entre ellas, Douyin, la versión china de TikTok, especialista en videos cortos.
Pero en el caso de Didi, la autoridad de ciberseguridad china justifica su investigación en nombre de la “seguridad nacional”.
Empresas digitales chinas podrían escapar al extranjero
Pekín alentó durante mucho tiempo a sus empresas a globalizarse, y muchas de ellas recaudan fondos en Estados Unidos para desarrollarse.
El récord para una empresa china lo tiene el gigante del comercio en línea Alibaba, que recaudó 25 mil millones de dólares a su llegada a Wall Street, en 2014.
Pero en un contexto de creciente rivalidad con Washington, especialmente en el campo de la tecnología, Pekín teme ahora que los datos cruciales acumulados por sus gigantes escapen al extranjero.