La pandemia por COVID-19 puso a América Latina y el Caribe frente a su peor crisis en cien años. Devastó la economía regional hasta alcanzar niveles de decrecimiento de hasta menos 8%.
“El crecimiento este año se piensa que es -8.1% y puede ir a –6% el próximo año, la región no va a llegar a esos niveles pre pandemia hasta 2023 y aún eso es incierto. Alrededor de 50 millones de personas han de caer en la pobreza y 30 millones perder sus empleos”.
Kristalina Georgieva, directora Gerente del FMI.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) observa los daños y el panorama parece más sombrío para los años que vienen.
“Se avizora para la región una década perdida los niveles de desocupación llegarán a 44 millones y la informalidad a más de 54% y en esta dura cifra las mujeres, los jóvenes, los indígenas y los afrodescendientes y los migrantes están sobre representados”.
Alicia Bárcena, secretaria General de la CEPAL.
Y a pesar de que la crisis va a durar más de lo que se espera, las medidas económicas y fiscales que han adoptado algunos países para proteger a los sectores más vulnerables parecen ir por buen camino, percibe el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Medidas de bancos centrales han ayudado y por eso les estimulamos a todos a que mantengan el apoyo de políticas hasta que la crisis sanitaria termine y se empiece a recuperar la economía”.
Kristalina Georgieva, directora Gerente del FMI.