Trump exige agua a México: puntos clave para entender el conflicto

El Gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, ha intensificado su presión sobre México debido al incumplimiento en la entrega de agua estipulada en el Tratado de Aguas de 1944. A meses de concluir el actual ciclo de cinco años (2020-2025), México ha entregado menos del 30% de los mil 750 millones de metros cúbicos comprometidos. Si no se logra cubrir la cuota, la administración de Trump ya ha advertido que impondrá aranceles y otras sanciones económicas.

Este posible escenario también podría derivar en una ruptura diplomática entre ambos países. Además, existe el riesgo de que Estados Unidos suspenda el suministro del Río Colorado hacia Baja California, lo que afectaría a comunidades mexicanas que dependen de esta fuente. La situación representa un punto crítico para la presidencia de Claudia Sheinbaum, quien ha instruido a la Conagua y a la Secretaría de Relaciones Exteriores a negociar a través de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).

Trump y Abbott exigen el cumplimiento del tratado
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha sido uno de los actores más activos en presionar por el cumplimiento del tratado. Señala que la falta de agua proveniente de México está afectando directamente a los agricultores texanos, quienes enfrentan pérdidas superiores a 990 millones de dólares anuales. Esta narrativa ha sido retomada por Trump como parte de su estrategia para fortalecer su postura en política exterior y en el ámbito comercial.
Donald Trump ha respaldado las declaraciones de Abbott, posicionando la entrega de agua como un asunto de interés estratégico para su administración. La presión se sustenta en que el Tratado de 1944, vigente desde hace más de 80 años, establece una reciprocidad que ahora se ve alterada por las condiciones de sequía extrema en
- Chihuahua
- Coahuila
- Tamaulipas
La falta de cumplimiento alimenta la narrativa de que México no está respetando sus compromisos internacionales.
¿De dónde se sacaría el agua para cumplir con la cuota?
El principal problema para México es que no existen reservas suficientes para cubrir el volumen pendiente sin afectar el abasto a las regiones agrícolas del norte del país. Presas como La Boquilla, El Granero y La Amistad se encuentran en niveles críticos. Liberar agua para cumplir con Estados Unidos implicaría retirar el recurso de zonas agrícolas que ya enfrentan escasez.
En marzo de 2025, México solicitó a Estados Unidos un envío extraordinario de agua del Río Colorado para abastecer a Tijuana, pero la petición fue rechazada. Además, la infraestructura hidráulica nacional no permite trasvasar grandes volúmenes desde otras cuencas sin inversiones y proyectos a largo plazo.

Redistribuir el agua pendiente implicaría decisiones que afectarían a productores agrícolas nacionales, lo cual generaría conflictos sociales como los ocurridos en 2020, cuando campesinos tomaron la presa La Boquilla. Esta acción impidió el envío de agua al país vecino y puso en evidencia la complejidad del cumplimiento del tratado en condiciones de sequía.
[PUEDES LEER TAMBIÉN: Sequía en México: Presas de Sonora, Chihuahua y Coahuila en niveles críticos]
Rol de la CILA en la disputa por el agua
La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) es el organismo binacional responsable de supervisar el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944. Esta comisión, establecida en 1889, está conformada por una sección mexicana y una estadounidense, cada una con oficinas en Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas, respectivamente. Su jurisdicción abarca toda la frontera y coordina proyectos internacionales relacionados con el uso y medición de aguas.
La CILA tiene la facultad de verificar el cumplimiento de los acuerdos y de promover proyectos conjuntos para enfrentar las variaciones climáticas. Actualmente, ingenieros de ambas secciones colaboran en el monitoreo de presas internacionales y en la operación de compuertas, además de realizar hidromedición y contabilidad del agua del Río Bravo y del Río Colorado.
Este organismo opera bajo la asesoría directa de las cancillerías de ambos países. En el caso mexicano, las decisiones se coordinan con la Secretaría de Relaciones Exteriores, mientras que en Estados Unidos dependen del Departamento de Estado. La CILA representa la principal vía diplomática y técnica para atender los compromisos hídricos y evitar medidas unilaterales o sanciones comerciales.