La desesperación por salir de sus países y lograr el famoso sueño americano invade por igual a migrantes brasileños, ecuatorianos y venezolanos.
Es el caso de Elizio Ferreira, quien desde hace 25 días salió de Brasil para sumarse a un grupo de migrantes. Llegó con otros compañeros a Gómez Palacio, en Durango.
Ahí se agrupan y buscan llegar a la frontera norte.
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Elizio asegura que intentará cruzar el Río Bravo para entregarse a las autoridades migratorias de Estados Unidos.
Edison Patricio es originario de Ecuador y se vio obligado a separarse de su familia.
Ellos viajaban juntos, pero al ser perseguidos por el personal de migración, solo su esposa e hijo de tres años lograron subir al tren para seguir avanzando rumbo a la frontera.
Edison fue detenido, ahora espera reencontrarse con sus seres queridos.
El venezolano Johan Francisco, asegura que ante la desesperación de no obtener la cita para el asilo político, él y sus tres amigos decidieron cruzar el río bravo por Tamaulipas. Fueron deportados a Tabasco.
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“Nos llevaron esposados, nombre, apellido, prueba de ADN, todo eso, de ahí nos tuvieron encerrados de doce a trece días, de ahí nos devolvieron hasta Reynosa; en Reynosa nos dieron bus para llegar a Villahermosa”, refiere el migrante.
Nada borra la ilusión y pese a todo lo vivido, todos coinciden en que intentarán de nueva cuenta llegar a la unión americana, pero ahora con el trámite autorizado por las autoridades.