Por unanimidad de 87 votos, el Senado de la República aprobó en lo general los artículos no reservados de la Ley para Sancionar la Violencia Digital y Mediática, mejor conocida como Ley Olimpia, para sancionar con penas de 3 a 6 años de cárcel a los responsables ejercer violencia digital contra mujeres.
“Concretamos hoy una reforma fundamental, que atañe a una modalidad de violencia muy contemporánea, una modalidad que por el uso de las tecnologías de información, ha impactado en la vida, en la dignidad, en la seguridad, en la libertad de las mujeres, las niñas y las adolescentes”.
Martha Lucía Micher Camarena, senadora de Morena
La senadora del Partido Verde, Verónica Noemí Camino Farjat, explicó las penas a las que se harán acreedores quienes incurran en este tipo de delitos:
“Se sanciona el delito a la violación a la intimidad sexual con penas de 3 a 6 años de cárcel y una multa que va de 95 mil hasta 190 mil pesos”.
Verónica Noemí Camino Farjat, senadora del Partido Verde
Esta Ley contempla aumentar las penalidades hasta en 50 % cuando el delito sea cometido por el cónyuge, concubinario, concubina o cualquier persona con la que la víctima tenga o haya tenido una relación de afecto.
“Es esa violencia que se vive aquí, en estos dispositivos; es esa violencia que se ejerce en una computadora; es esa violencia que, increíblemente, en muchas ocasiones ni siquiera tiene un rostro del agresor, pero, ojo, sí tiene una cuenta en Twitter o en Facebook o en Instagram o en YouTube; es esa violencia que hoy lastima a millones de mujeres”.
Kenia López Rabadán, senadora del PAN
¿Qué es la violencia digital contra mujeres?
La violencia digital es toda acción dolosa realizada mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación, por la que se exponga, distribuya, difunda, exhiba, transmite, comercialice, oferte, intercambie o comparta imágenes, audios o videos reales o simulados de contenido íntimo sexual de una persona (mujer) sin su consentimiento, sin su aprobación o sin su autorización y que le cause daño psicológico, emocional, en cualquier ámbito de su vida privada o en su imagen propia.