Durante muchos años, la gesta de Independencia sólo estuvo dominada por hombres; parecía que, salvo Josefa Ortiz de Domínguez, “La Corregidora”, en estas luchas de emancipación no habían participado mujeres. Sin embargo, existe una corriente de historiadores que ha ido “rescatando” a las insurgentes mexicanas. Aquí en Unotv.com te las presentamos; hubo de todo: conspiradoras, combatientes, espías, capitanas, protectoras y muchas más.
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Las insurgentes mexicanas que lucharon por la Independencia
Josefa Ortiz de Domínguez
Participó en la llamada Conspiración de Querétaro. Su casa fue el centro de reunión de los independentistas. Su pronto aviso a Hidalgo y Allende aceleró la lucha armada.
Leona Vicario
Su casa fue refugio de conspiradores. Fungió como espía de los insurgentes, formó parte de Los Guadalupes, una sociedad secreta. Convenció a los armeros vizcaínos para que fabricaran armas para los insurgentes, gastó su fortuna en apoyar al movimiento de Independencia. Vicario es, sin duda, un gran ejemplo de las insurgentes mexicanas.
María Luisa Martínez
Ayudó a los insurgentes con información, alimentos y servía de enlace con los jefes a través de cartas. Fue fusilada por los realistas.
Juana Barragán, la “Barragana”
Armó a un grupo de campesinos y se alió a Morelos. Participó en el sitio de Cuautla de manera directa y se enfrentó al ejército realista. Fue fusilada en 1815.
Gertrudis Bocanegra
Otro gran ejemplo del papel de las insurgentes mexicanas: proporcionó alimentos, armas y parque a los insurgentes. Defendió a los prisioneros y escondió a los perseguidos políticos. Fue torturada por las tropas realistas, pero nunca reveló información de los insurgentes. Murió fusilada.
Manuela Medina, la “Capitana”
Comandó una compañía y participó en acciones de guerra. Hizo un viaje para conocer a Morelos. Murió a consecuencia de heridas en combate. Otro buen ejemplo para ilustrar el papel de las insurgentes mexicanas.
Altagracia Mercado, “Heroína de Huichapan”
Con su dinero financió y adiestró un ejército para combatir a los realistas, a quienes derrotó en diversas ocasiones. Fue capturada y condenada a cuatro años en prisión. Por su participación como una de las insurgentes mexicanas, se le conoce también como la Heroína de Huichapan.
María Fermina Rivera
Acompañó a los combatientes y muchas veces participó en las luchas empuñando un fusil. Las crónicas refieren que peleaba igual o mejor que un soldado varón. Murió en una batalla en Chichihualco.
Mariana Rodríguez del Toro
Tras la captura de los principales líderes insurgentes, planeó secuestrar al virrey para negociar la libertad de los presos. Ante el desánimo general, ella incitó a los otros para actuar; según testimonios, sus palabras fueron: “¿Qué sucede, señores, no hay otros hombres en América, aparte de los generales que han caído presos?”. Fue delatada y estuvo presa, pero a pesar de ello, nunca delató a los otros conspiradores.
María Petra Teruel de Velasco
De noble origen, se codeaba con la aristocracia virreinal. Protegió a aquellos que caían en la cárcel o incluso encubrió a otros combatientes; por ello se le conocía como el “Ángel protector de los insurgentes”.
Manuela Herrera
Llamada por algunos “Benemérita ciudadana”, sacrificó su posición económica en favor de la causa insurgente, quemó una de sus haciendas para que no se la apropiaran los realistas. Sufrió torturas y privaciones, pero no delató a sus compañeros. Vivió como ermitaña. Una de las figuras más reconocidas entre las insurgentes mexicanas.
Ana Ireta
Fundó las “Patriotas Marinas”, organizó tertulias para informar a la población del movimiento de Independencia. Patrocinó diarios y gacetas, ella es otra de las insurgentes mexicanas.
Ya era su turno
El 2020 estuvo dedicado a Leona Vicario, una mujer que en su momento fue llamada Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria; sus restos reposan en la Columna de la Independencia, recibió funerales de Estado y su nombre está escrito en el altar de la Patria.
Sin embargo, a pesar de esos logros, María de la Soledad Leona Vicario Fernández de San Salvador, mejor conocida como Leona Vicario, no recibió el mismo trato de otros insurgentes.
El escritor Pedro Fernández, autor de “Había una vez mexicanas que hicieron historia”, apura para que se sigan “descubriendo” a las insurgentes mexicanas: “Ya les toca el turno que hablemos de ellas”.
Lo mismo consideró otra voz autorizada, el escritor Eugenio Aguirre, autor de la biografía novelada “Leona Vicario, la insurgente”, quien considera necesaria una revisión sobre el papel de las insurgentes mexicanas, pues señala:
“A los historiadores del siglo XIX y principios del XX se les olvidaban las mujeres, era una historia machista, misógina; pero, en la segunda mitad del siglo XX, surgieron muchas historiadoras valiosísimas y empezaron a escribir sobre las mujeres, que son muy importantes en la gesta y construcción del país”.