Japón celebra este viernes el centenario del nacimiento del perro Hachiko, convertido en símbolo nacional de la lealtad por haber esperado incansablemente a su amo, cuya estatua es una de las principales atracciones turísticas de Tokio.
Un siglo después de nacer, el akita blanco sigue fascinando a japoneses y extranjeros que se apiñan junto a la estatua de bronce erigida frente a la estación de Shibuya, donde esperó diariamente durante casi 10 años a su amo fallecido.
Tanto el barrio de Shibuya como el pueblo de Odate, donde nació el perro el 10 de noviembre de 1923, decidieron honrar la memoria de Hachiko, cuya historia quedó retratada en una película de Hollywood estrenada en 2009 con Richard Gere.
Cabe mencionar, en 1987 se exhibió la primera película sobre la historia de Hachiko, se creó en Japón con el nombre “Hachikō Monogatari”, dirigida por Seijiro Koyama y escrita por Kaneto Shindō.
¿Quién fue Hachiko?
Hachiko fue adoptado en 1924 por Hidesaburo Ueno, profesor en una universidad de Tokio. Regularmente, el animal esperaba a su amo en la estación de Shibuya para recorrer juntos el camino de regreso a casa.
El profesor murió súbitamente en su trabajo en 1925, pero Hachiko continuó esperándolo a diario durante casi 10 años ante la estación, antes de volver solo a su casa, donde los vecinos lo alimentaban.
La historia emocionó tanto a los tokiotas, admiradores de esta lealtad, que le erigieron una estatua en 1934. El 8 de marzo del año siguiente el animal fue hallado muerto en las calles cerca de la estación.
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Durante la Segunda Guerra Mundial, la estatua se retiró y el metal reciclado para motivos bélicos. Pero en 1948 se levantó un nuevo monumento que rápidamente se hizo popular.
“Me gustaría que mi perro me esperara así tanto tiempo“, dijo Omar Sánchez, un español de 33 años de luna de miel en Japón, que se toma retratos con su mujer frente a la estatua.
“Es una historia dulce y necesitamos historias bonitas”, apunta Daniel Callahan, un estadounidense de 62 años. “El mundo está fracturado y todo lo que pueda acercar a la gente es bonito”, agrega.
La estatua también se ha convertido en un práctico punto de encuentro en medio de los miles de peatones que transitan a diario por el bullicioso cruce de Shibuya, incluso para quienes no conocen la historia.
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“Es la primera vez que escucho esta historia”, dice Raisa Abe, estudiante japonesa que ha quedado allí con unas amigas.
“Pero es un lugar del que hablamos todo el tiempo. Incluso si no conoces Shibuya, todo el mundo sabe dónde está” la estatua, asegura junto al perro que, cien años después de nacer, sigue esperando a su amo frente a la estación.
Hachiko y Frida
Si hablamos de este famoso perro, no podemos dejar atrás la ocasión en la que se le puso el chaleco de la Marina, en honor a las labores de rescate de la perrita Frida.
Un perro muy querido en México que contribuyo al rescate de personas atrapadas en los escombros por el sismo del 19 de septiembre de 2017.
A la estatua de Hachiko se le colocaron unos goggles y una bandera de México con una imagen de un brigadista japonés, que asistieron durante el sismo en nuestro país, donde se le veía rescatando a un perro.