A unas horas del cambio de gobierno en Estados Unidos, se viven momentos como pocas veces en Washington. Joe Biden y Kamala Harris serán investidos presidente y vicepresidenta el miércoles en una capital desierta y ocupada por el ejército.
Las autoridades exhortaron a los residentes de Washington a quedarse en casa para seguir virtualmente la ceremonia de toma de posesión del 46° presidente de los Estados Unidos, para no correr riesgos con la epidemia de covid-19. También hicieron un llamado para que la gente no viaje desde otros estados a la capital. Podrás seguir la investidura de Biden en vivo a través de Uno TV aquí.
Aunque quieran seguir la investidura, los ciudadanos se verán disuadidos de hacerlo por el gigantesco despliegue de fuerzas de seguridad en la capital, a raíz de la invasión del Congreso del 6 de enero por seguidores del presidente saliente Donald Trump, en la que murieron cinco personas.
Precisamente, el otro gran ausente de las ceremonias será el propio Trump, quien se suma a la lista de presidentes que no asiste a la investidura de su sucesor. Cuando Joe Biden preste juramento, habrá dejado Washington, rompiendo la tradición de una transferencia de poder pacífica y cortés.
Guardia Nacional desplegada
Desde esa “insurrección” – como la calificó Biden- contra el Congreso, templo de la democracia estadounidense, la capital federal se ha transformado en una ciudad atrincherada.
Más de 20 mil efectivos de las Guardias nacionales -reservistas del ejército-, patrullan las calles fuertemente armados. Se colocaron cercas con mallas de alambre y bloques de concreto para proteger edificios y monumentos como la Casa Blanca y el Capitolio, o para cerrar ejes viales enteros.
Para los veteranos de la guerra de Irak, el centro de la ciudad parece la zona verde de Bagdad.
El “National Mall”, una enorme explanada que va desde el Monumento a Lincoln hasta el Capitolio, estará cerrado al público. Aquí es donde cientos de miles de estadounidenses se congregan tradicionalmente para saludar a su nuevo presidente.
En cambio, un “campo de banderas” de casi 200 mil pancartas representará a los ciudadanos que no pudieron realizar el viaje.
La policía estadounidense ha advertido en repetidas ocasiones que las amenazas de nuevos ataques armados por parte de grupos de extrema derecha son reales. Por ello estará atenta a posibles disturbios durante este día histórico.