Ucrania reivindicó este miércoles nuevas victorias militares en la región de Lugansk (este), hasta ahora controlada casi por completo por Rusia, que prometió recuperar los territorios perdidos dentro de las regiones ucranianas que se anexionó.
¿Qué ha pasado entre Rusia y Ucrania?
Este martes Ucrania ya había reivindicado avances en el norte de la región de Jersón (sur), lo que, junto al que casi toda la región de Járkov (noreste) está nuevamente bajo control ucraniano, podría abrir la vía a la liberación de Lugansk, el bastión de los separatistas instalados por Moscú desde 2014.
“Ahora es oficial. Comenzó la desocupación de la región de Lugansk”, declaró el gobernador ucraniano, Serguéi Gaidai, en Telegram.
“Varias localidades ya han sido liberadas del ejército ruso y las fuerzas armadas ucranianas están izando allí la bandera”, añadió Gaidai, sin más detalles.
Tras un mes de reveses militares y el anuncio de la movilización de cientos de miles de reservistas rusos, el presidente Vladimir Putin firmó este miércoles la ley que oficializa la anexión de las regiones de Lugansk y Donetsk (también en el este), y Jersón y Zaporiyia, en el sur, como partes de la Federación Rusa.
Dichos territorios, aseguró el vocero de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, que serán rusos “para siempre”, a la vez que prometió que Moscú recuperaría los territorios perdidos.
Hace unos días, Putin juró que usaría todos los medios a su alcance para defender las zonas anexadas, incluso mediante el uso de armas nucleares, pero esto no ha detenido la contraofensiva ucraniana ni las entregas de armas occidentales.
El martes, el ejército ruso reconoció a medias sus derrotas al publicar mapas que ilustran los últimos éxitos de la contraofensiva ucraniana. Estos muestran que Rusia perdió toda una parte de la región norte de Jersón y que retrocedió en casi toda la orilla oriental del río Oskil, la última zona de la región de Járkov que aún controlaba.
Sin embargo, un funcionario de las autoridades de ocupación aseguró que la retirada rusa en el sur era táctica y temporal.
“El reagrupamiento en el frente en las condiciones actuales permite reunir fuerzas y asestar un golpe” a las tropas ucranianas, dijo Kirill Stremooussov a la agencia rusa Ria Novosti.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo el martes que “solo esta semana” se liberaron “decenas de localidades” en las cuatro regiones que Rusia se anexionó.
En el este, la retirada de Járkov permite a las fuerzas ucranianas llevar la lucha más al este, hacia la región de Lugansk.
¿Qué ocurre mientras en Rusia?
Aunque las autoridades rusas intentan minimizar estos reveses, los corresponsales de guerra de los medios de comunicación rusos recalcan su magnitud y muchos comentaristas pro-Kremlin critican al ejército ruso.
“No habrá buenas noticias en el futuro próximo. Ni desde el frente de Jersón, ni desde el frente de Lugansk”, comentó el martes en Telegram Alexandre Kots, del diario Komsomolskaïa Pravda.
Cerca de Limán, un estratégico centro ferroviario en la región de Donetsk recapturado por Kiev el pasado fin de semana un paracaidista ucraniano -con el que pudo hablar el martes AFP- admitió que él y sus compañeros estaban “muy agotados”, pero decididos a continuar.
Oleksandre, de 31 años, paracaidista de la misma unidad, explicó que los combates han sido “muy duros”, pero que “tienen que seguir adelante”.
Dijo que no temía la llegada de refuerzos rusos tras la movilización anunciada por Vladimir Putin de cientos de miles de reservistas para intentar frenar la espiral de derrotas.
“No importa cuántos sean, en realidad no quieren luchar contra nosotros”, dijo el joven soldado.
La movilización rusa ha resultado caótica. El ejército ruso convocó a personas no aptas y una multitud de rusos han preferido huir del país.
En el frente diplomático, el presidente estadounidense Joe Biden anunció el martes un nuevo envío de equipos militares para Ucrania, por valor de 625 millones de dólares. Esto incluye cuatro nuevos sistemas de lanzacohetes Himars, potentes y muy apreciados por los ucranianos.
Y la Unión Europea (UE) acordó el miércoles una nueva serie de sanciones contra entidades y personalidades rusas.
Por su parte, Moscú exigió participar en la investigación sobre las fugas del gasoducto Nord Stream, después de que Suecia, encargada de la investigación, bloqueara el acceso a la zona del supuesto sabotaje en el mar Báltico.
Moscú ha insinuado que Estados Unidos estaría detrás del saboteo de estos oleoductos que son clave para el suministro energético de Europa, mientras que Occidente sospecha de Rusia.