Las protestas violentas que tuvieron lugar el miércoles 6 de enero en el Capitolio de Washington D.C., en Estados Unidos, por parte de seguidores del presidente republicano saliente Donald Trump, dejaron al menos cuatro muertos, y la policía de esta capital ya emitió un comunicado en Twitter, identificando a las víctimas mortales del incidente.
Los cuatro muertos tras las protestas en el Capitolio son:
- Ashli Babbitt, originaria de Maryland y de 35 años, murió de una herida de bala.
- Rosanne Boyland, originaria de Georgia y de 34 años, no se especifica causa de muerte.
- Kevin Greeson, originario de Alabama y de 55 años, no se especifica causa de muerte.
- Benjamin Phillips, originario de Pensilvania y de 50 años, no se especifica causa de muerte.
Aunque sólo está confirmado el deceso de Ashli Babbitt por herida de bala, la Policía de Washington D.C. dijo que el resto de los muertos tras las protestas en el Capitolio “sufrieron emergencias médicas”. Asimismo, la Policía de Washington D.C. agregó que “debido al gran interés por la información relacionada con los incidentes en y alrededor del Capitolio”, se difundió la actualización sobre los muertos.
“Al 7 de enero de 2021, el Departamento de Policía de Washington D.C. ya realizó 68 arrestos; hay 56 oficiales heridos, dos de ellos hospitalizados; seis armas de fuego han sido recuperadas, así como ‘dos bombas de tubo’”.
Muertos en el Capitolio
Ashli Babbitt es una de los muertos tras resultar herida de bala en la sede del Capitolio en Washington D.C: era una exmilitar y ferviente seguidora del presidente Donald Trump. La mujer tenía su residencia en California y, al igual que muchos trumpistas, se movilizó a la capital estadounidense para apoyar el discurso de fraude electoral emanado por el empresario neoyorquino.
Donald Trump se aísla cada vez más en la Casa Blanca, confía en un pequeño grupo de asesores leales y arremete contra aquellos que se atreven a contradecirlo, incluido el vicepresidente Mike Pence. Algunos de sus asesores veteranos se abstienen de hablar con él después de que enardeció a miles de seguidores cerca del Capitolio de Estados Unidos. Algunos compañeros republicanos creen que los muertos son la mancha de su legado.