Michael Collins, astronauta estadounidense miembro del Apolo 11, primera misión tripulada a la Luna, murió de cáncer el miércoles a los 90 años: era el piloto y su función fue permanecer en órbita, para que Neil Armstrong y Buzz Aldrin se convirtieran en los primeros hombres en caminar sobre el satélite natural.
La noticia fue dada por la familia de Michael Collins a través de un comunicado difundido en Twitter: “Siempre enfrentó desafíos de la vida con gracia y humildad, y enfrentó éste, su desafío final, de la misma manera”. Se trata de una partida que pondrá en luto a todo Estados Unidos, dada su historia en el Apolo 11.
“No olvidaremos su agudo ingenio, sereno sentido del deber y mirada de sabiduría adquirida al volver a la Tierra desde el espacio. Siempre observó las tranquilas aguas desde su barco de pesca”.
Poesía lunar
- Nació el 31 de octubre de 1930 en Roma, Italia: su padre era un diplomático
- Se convirtió en piloto de pruebas del Ejército de Estados Unidos en su juventud
A pesar de su edad, Michael Collins era, en años recientes, el más activo de los veteranos del Apolo 11, y el que evocaba de manera más poética sus recuerdos de la aventura lunar: “Cuando partimos y la vimos, oh, qué esfera tan increíble”, dijo en 2019, a propósito de conmemorarse el 50 aniversario del hito espacial.
“El Sol estaba detrás de ella, por lo que estaba iluminada con un círculo dorado que hacía que los cráteres fueran realmente raros, debido al contraste entre el más blanco de los blancos y el más negro de los negros. Con todo lo espléndido e impresionante que fue, no fue nada comparado con lo que vimos a través de la otra ventana”.
“Allí estaba ese guisante del tamaño de tu uña con el brazo extendido, una cosita tan hermosa arropada en el terciopelo negro del resto del universo. Le dije al centro de control: ‘Houston, veo el mundo en mi ventana’”.
En la década de 1960, acumuló muchas horas de vuelo en el espacio, como parte del Programa Gemini. Michael Collins era el único miembro de la tripulación del Apolo 11 que no caminó sobre el satélite terrestre, y decía no guardar ninguna amargura por aquello.
Fue nombrado subsecretario de Estado para Asuntos Públicos por el presidente Richard Nixon. Luego dirigió la construcción del National Air and Space Museum en Washington, siendo presidente entre 1971 y 1978. Después se convirtió en consultor y escribió libros relacionados con la aventura espacial.