En el Salvador, reclusos destruyeron tumbas de pandilleros de la Marasalvatrucha, como parte de la estrategia de gobierno para frenarlos y no crear mártires o elementos de adoración para los nuevos reclutas.
¿Qué se sabe de la destrucción de tumbas de pandilleros en el Salvador?
El gobierno del Salvador comenzó a destruir las lápidas de miembros de pandillas como la MS-13 para evitar que se conviertan en lugares de culto y pidió a la ciudadanía que informen de los lugares en que éstas se encuentran.
Reclusos en fase de confianza destruyeron las lápidas el pasado martes y miércoles, en el marco de la festividad de los Santos Difuntos, en un cementerio municipal en la ciudad de Santa Tecla, 10 kilómetros al oeste de San Salvador.
Las tumbas contaban con fotografías en las que se veían lápidas con la inscripción MS-13, siglas de la Marasalvatrucha, una de las más violentas que opera en El Salvador. Los Maras tienen presencia en la mayoría de países de Centroamérica.
Pese a que las lápidas fueron destruidas, los restos de los pandilleros fueron dejados en sus tumbas. De momento el gobierno no ha precisado cuántas lápidas de miembros de pandillas han sido destruidas.
Autoridades pidieron a la población del Salvador denunciar sobre la ubicación de tumbas con símbolos de pandillas para proceder a su destrucción.
“En El Salvador NO hay espacio para los terroristas”, publicó este jueves el viceministro de Justicia, Osiris Luna, en su cuenta de Twitter, quien explicó que se tomó esta decisión para evitar que miembros de pandillas pudieran ´honrar´ a sus compañeros fallecidos.
La estrategia de las autoridades del Salvador al destruir estas lápidas es la de acabar con posibles puntos de adoración, o sitios de culto para los nuevos reclutas de lo que el gobierno ha llamado “terroristas”.
“Haz tu denuncia. Envíanos una foto y la ubicación de cualquier vestigio terrorista en los cementerios. El tiempo de los terroristas, llegó a su fin, y por ello fueron destruidas. No más pandillas en El Salvador”.
Osiris Luna, viceministro de Justicia.