Si eres de los que sufre por sus objetos perdidos, ya que puedes ser una persona distraída, o que eres blanco de alguna maldad o broma, aquí podría estar tu remedio. Hoy te compartiremos el ritual de San Cucufato, el cual “afirman las malas lenguas”, ayuda a que encuentres o recuperes cualquier cosa perdida.
¿Cómo hacer el ritual de San Cucufato?
El ritual de San Cucufato es empleado con versiones diferentes, según la región del planeta, aquí te compartimos una técnica compartida mediante un video de la usuaria de TikTok Píntala Pau:
- Primero debes tomar un pañuelo
- Después tomas la primera esquina del pañuelo y dices “San Cucufato, San Cucufato, los cojones yo te ato, y no te los desato hasta que encuentres mi… (tu objeto perdido)”
- Luego Haces un nudo a esa equina del pañuelo y rezas un “padre nuestro”
- Esto lo repites en el resto de las esquinas del pañuelo
Este pañuelo con nudos debes guardarlo, ya que el ritual de San Cucufato requiere que en cuanto recuperes tu pertenencia, debes deshacer los nudos, agradecerle y rezar 4 “padres nuestros”.
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Si el objeto perdido está en el hogar
Por otro lado, también trasciende lo que debes hacer por si tu objeto perdido está en tu hogar. Para esto debes repetir tu oración hasta encontrarlo y una vez lo recuperes deshaz los nudos y agradece a San Cucufato.
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Si el objeto lo perdiste fuera de casa
Se tendría que repetir su oración unas cuantas veces cada día hasta que encuentres lo que estés buscando, o alguien te lo devuelva, no hay que deshacer los nudos hasta encontrar el objeto perdido.
Hay quienes llevan consigo el pañuelo, ya que al parecer esto genera mayor atracción, si luego de algunos días, te das por vencido y tu objeto perdido no aparece, deshaz los nudos y agradece al santo de todos modos.
¿Quién es San Cucufato?
Si bien ya sabes muy bien cómo hacer el ritual de San Cucufato, ahora te decimos quién fue. Se dice que él y San Félix fueron diáconos de la Iglesia Cristiana en Cartago que llegaron a Barcelona para evangelizar la zona.
Según su leyenda, es que trabajó como comerciante en Barcelona mientras predicaba la fe cristiana, bautizaba a los conversos y ayudaba a la comunidad cristiana de allí. Según los relatos cristianos de su vida, era generoso con los pobres y un trabajador de milagros.
Fue martirizado cerca de Barcelona durante la persecución de Diocleciano. Bajo el gobernador romano, sufrió muchos tormentos y fue encarcelado en algún lugar cercano a esa ciudad.
Los detalles legendarios de su martirio dicen que fue entregado a 12 soldados, a quienes se les ordenó azotarlo y arrancarle la piel con clavos de hierro y escorpiones. Cucufato fue entonces asado vivo tras ser cubierto con vinagre y pimienta, aunque la intervención celestial lo salvó de la muerte y las heridas.
Una gran hoguera tampoco logró matar al santo y en su lugar mató a sus supuestos verdugos. Sus carceleros se convirtieron al cristianismo después de encontrar a Cucufato en su celda iluminada con luz celestial. Al día siguiente, fue flagelado con látigos de hierro.
