¿Qué significa tener barba, según la psicología?

La barba es considerada un signo de masculinidad, un diferenciador visible entre hombres y mujeres, así como un rasgo que puede servir para enmascarar las emociones, proporcionar calor y proteger la piel. Pero, ¿qué dice la psicología sobre la barba?
Pero, ¿qué significa dejarse la barba, según la psicología?
La mayoría de los estudiosos de las teorías evolutivas señalan que las barbas evolucionaron como una muestra de dominancia, masculinidad y agresión. Sin embargo, un artículo publicado en el sitio especializado Psychology Today, asegura que estas percepciones han cambiado a lo largo del tiempo.
Y es que, un estudio publicado en Psychological Science encontró que las barbas pueden transmitir una presencia dominante, especialmente cuando se expresa enojo o frustración. Sin embargo, también destacó que pueden llegar a considerarse como caras serviciales, aceptantes y amigables, incluso en mayor medida que una cara afeitada.
¿Cómo fue posible saber esto?
Para saber esto, los investigadores les pidieron a 227 participantes que miraran una serie de fotografías de los rostros de las personas y calificaran si el rostro mostraba felicidad o enojo, lo más rápido posible.
Las fotografías empleadas en el análisis eran de cuatro tipos de caras: hombres completamente afeitados mostrando felicidad, hombres completamente afeitados mostrando enojo, hombres barbudos mostrando felicidad y hombres barbudos mostrando enojo.
Los resultados arrojaron que los participantes eran más rápidos para clasificar las fotos enojadas con barba que los otros tipos de fotos, lo que sugiere que las barbas mejoran las señales visuales asociadas con el reconocimiento del enojo. También encontraron que los participantes eran más rápidos para clasificar las caras totalmente afeitadas como felices.
No obstante, los investigadores también encontraron que las caras barbudas eran calificadas como más prosociales, es decir, que mostraban rasgos de que podían ayudar y ser solidarios con otras personas, que los rostros totalmente afeitados.
“Específicamente, las caras felices barbudas fueron calificadas como más prosociales que las caras felices totalmente afeitadas”, indicó el estudio.
Derivado de los resultados, los investigadores señalaron que hay una “dualidad en la percepción de la barba”, ya que por un lado, pueden transmitir una presencia dominante, pero también de ser aún más servicial, aceptante y amigable que una cara afeitada.