En Unotv.com te contaremos de donde viene la práctica de deshojar una margarita tal y como lo has visto en programas de televisión y en el cine.
La imagen de una persona mencionando la frase “me quiere, no me quiere” mientras deshoja una margarita blanca es muy recurrente en la cultura popular, esto como un intento de adivinar a través de los pétalos si eras correspondido por la persona a la que amas.
Este acto de amor dejado al azar ha sido replicado por muchas personas y en algunos casos y dependiendo la cultura se ha hecho una tradición o algo para ocupar la mente mientras se suspira por el enamorado.
A diferencia de lo que se cree, las margaritas no tienen el mismo número de pétalos, esto debido a que las flores siguen la secuencia de Fibonacci, donde cada término se obtiene si se le suman los dos anteriores.
Estas flores son distintas en función de la cantidad de pétalos, pero siguiendo la secuencia 13, 21, 34, 55, 89, etc.
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¿De dónde viene la tradición de deshojar margaritas?
Esta costumbre tiene varias interpretaciones, considerando primero algunos mitos y leyendas que hay detrás de esta flor, para los italianos la margarita era un símbolo sagrado por la reina del mismo nombre.
Mientras que en Escocia son asociadas y llamadas como “flores de niño”, mientras que en Gales significa “estrella temblorosa”, por su parte en Alemania entra el tema romántico al ser consideradas como “medida del amor” ya que los pétalos “miden el amor del amante”.
Por su parte los Celtas relacionaban la inocencia con las margaritas y pensaban que estas crecían para aliviar el dolor de las personas, mientras que los victorianos cantaban el famoso “me ama, no me ama”, mientras arrancaban los pétalos.
Los franceses también deshojan la margarita, sin embargo la costumbre va más relacionada con la intensidad, “poco, mucho, hasta la locura o nada”, con el tiempo la costumbre se fue expandiendo.
Teorías del orígen de la costumbre
Margaritas blancas asociadas con la belleza
Se cree que la práctica de deshojar las margaritas se remonta a las doncellas victorianas con el corazón roto que deseaban ser amadas de nuevo por sus pretendientes, por lo que recurrían a esta práctica para reconocer su destino.
Otra teoría apunta a que los Celtas veían estas flores como los espíritus de niños muertos al nacer, por lo que la leyenda decía que Dios había rociado las flores para darles a los padres que sufrieron la pérdida de un hijo, una imagen más bella.
La margarita se relaciona entonces con la pureza e inocencia, misma que va de la mano con la del amor que se siente por otra persona y que se asocia con la virginidad de la mujer, ir deshojando una margarita dirá si realmente la persona entregará su amor eterno.
