Hace unos días te revelamos las frutas que se pueden guardar en el refrigerador para que duren más, pero ¿qué sucede cuando los alimentos ya no son aptos para ser consumidos? Hoy te diremos cómo identificar que una fruta o verdura ya no puede comerse, para que no te caiga mal. Por ello, en UnoTV.com nos acompaña Maggie Hegyi para platicarte de este interesante tema.
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¿Cómo sé que una fruta o verdura ya no debe comerse?
Para saber cómo identificar que una fruta o verdura ya no puede comerse, puedes tener en mente los siguientes trucos:
- Las hojas de los vegetales se reblandecen: si llevan mucho tiempo en la nevera adoptan una tonalidad marronosa, claro indicativo de que están echadas a perder. En el caso de las zanahorias, se nota en que están blandengues y de un color más anaranjado que al comprarlas. Las uvas se deshinchan y se ponen blandas y arrugadas
- Verduras que cambian de color: por ejemplo, aquí es fácil determinar que unas acelgas ya no están con solo verlas. Pero no lo es tanto saber cuándo se ha estropeado una coliflor. Hay que observar la superficie de los ramos y si tienen una especie de manchas grises o marrones, es que están empezando a estropearse. Se puede eliminar las partes que estén afectadas y utilizar el resto, ya que no se echa a perder toda a la vez. Si tiene manchas por todas partes o aparece mustia y descolorida, o recubierta de moho, es mejor tirarla a la basura. Algunos productos, como los aguacates, por ejemplo, pierden su color de forma natural en contacto con el aire y no pasa nada. Pero cuando se trata de frutas cuya tonalidad es habitualmente intensa, la decoloración es síntoma de que hay descártarlos
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- Los tallos están flácidos: estos son un indicador del deterioro general de la planta; debido a la falta de humedad, las células pierden turgencia y eso hace que se desmoronen los tallos y las hojas. Si están mucho tiempo en ese estado, se volverán blandas, delgadas y fofas hasta quedar incomibles. Se puede evitar si cuando se detecta el inicio del proceso se sumergen durante 15 a 30 minutos en un recipiente con agua helada. Se escurren y se sacuden para que pierdan la humedad restante y se colocan en bolsas de plástico con papel secante dentro en la nevera
- Mal olor: no es la forma más agradable de determinar el mal estado de los comestibles, pero si su aspecto no indica si está en condiciones de ser consumido, no hay nada tan fiable como utilizar nuestra nariz. Si el olor es rancio o acre, o por lo menos más fuerte de cuando se guardó en la nevera, mejor no arriesgarse
- La textura importa: en ocasiones, un alimento no parece estar estropeado, y una buena forma de comprobar si puede comerse es comprobando su textura. Si es fácil hacer huecos en su superficie al presionarla, o en el caso de la pasta, esta se ha apelmazado, hay que tirarlo
- El moho: es una de las formas más claras de determinar que un alimento no está en su mejor momento. No es necesariamente tóxico, pero puede contener bacterias que hagan enfermar o resulten incluso venenosas. Y son fatales para las personas con alergias. Las esporas se reproducen rápidamente y se extienden por toda la superficie, y lo más probable es que si esa comida se guardaba en un contenedor, ya sea de plástico o de cristal, también éste se haya contaminado, por lo que hay que lavarlo muy bien
Ahora que conoces algunas formas sobre cómo identificar que una fruta o verdura ya no puede comerse, velas muy bien y detecta sus características. Recuerda, lo primero es tu salud, pero si por mala suerte llegas a consumir algo que te perjudica, debes ir al médico.