Yuri, la cantante de “Maldita primavera”, confesó que padece disautonomía, una enfermedad secuela de COVID-19 que afectó a la jarocha hace unos meses.
Pero, ¿qué es la disautonomía que padece Yuri y por la que ha deseado no vivir?
De acuerdo con la Secretaría de Salud federal, la disautonomía es una “falla del sistema nervioso central autónomo, encargado de regular funciones vitales como la respiración y el funcionamiento del sistema gastrointestinal”.
La dependencia federal afirmó que a nivel mundial se llegan a reportar hasta 70 millones de personas con esta enfermedad, y destacó cuáles son los síntomas principales:
- Taquicardia
- Mareo
- Debilidad o cansancio
- Dificultad cognitiva
- Visión borrosa
Además, afirmó que esta enfermedad no distingue algún rango de edad, pues puede presentarse en cualquier persona.
La Secretaría destacó que entre los principales riesgos que enfrentan las personas que padecen la disautonomía, están las fracturas a consecuencia de desmayos, los cuales sobrevienen al bajar la presión arterial y disminuir la frecuencia cardiaca.
A decir de las autoridades sanitarias, las personas que son diagnosticadas con disautonomía no deben permanecer mucho tiempo de pie y, en caso de estarlo, tiene que moverse y contraer los músculos de las extremidades: manos, piernas y glúteos para estimular la circulación sanguínea y evitar el desvanecimiento.
“Se debe comer cada dos o tres horas en pequeñas porciones; reducir el consumo de azúcares simples como refrescos y pasteles; cuidar la ingesta de sal y mantenerse hidratados con líquidos variados, como agua de coco, agua mineral y jugos, para evitar que los síntomas se agudicen”.
Gabriela Chávez Basurto, Nutrición Clínica en la Unidad Médico Quirúrgica del Hospital Juárez del Centro.
Por su parte, el artículo “Síndrome post-COVID-19: epidemiología, criterios diagnósticos y mecanismos patogénicos implicados”, publicado en la revista de Neurología, destacó que la disautonomía se ha presentado como una secuela del nuevo coronavirus.
“El síndrome de taquicardia postural ortostática puede causar mareo, inestabilidad y palpitaciones cuando una persona cambia de decúbito a bipedestación, y un factor desencadenante son las infecciones. Se ha descrito a pacientes con síntomas persistentes e intolerancia ortostática tras el COVID-19, entre ellos disautonomía y síndrome de taquicardia postural, intolerancia al ejercicio, opresión torácica y palpitaciones”.
Destaca el artículo.