“The Queen is Dead” abre el telón del álbum que lleva su nombre y que, en su conglomerado, denota una crítica a la monarquía, pero, también, a las instituciones y sistema gubernamental que encabezaba Margaret Thatcher a finales de los años 70 e inicios de los 80.
El disco de la banda de post punk, pop y rock, The Smiths, cobra relevancia en un año en el que efectivamente “the Queen is dead”, pero su importancia en la escena musical va más allá, al ser catalogado como uno de los mejores álbumes de todas las épocas.
Lejos de las letras, que parecieran, a ojos vistos, críticas feroces al entorno que rodeaban en aquel entonces a Morrissey y compañía (el álbum vio la luz en 1986) lo cierto es que, además del tema que le da nombre, el sencillo “There is a light that never goes out” ha pasado a la historia como un verdadero himno para los enamorados y hay temas que abarcan soledades y hasta melancolías.
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La historia del “The Queen is dead”
Cuentan las anécdotas del rock and roll, aquellas que difícilmente se leen en algún libro, que el tercer disco de Mike Joyce, Andy Rourke y los considerados “cabezas” de The Smiths, Johnny Marr y el emblemático Steven Patrick Morrissey, significó el punto más alto de la banda que era catalogada en la década de los 80 como “difícil”, por los constantes enfrentamientos de su vocalista con sus “críticos” y la prensa.
El disco de 10 canciones, el cual se puede escuchar remasterizado en Spotify, se llamaría en un inicio “Margaret on the guillotine”, precisamente por su sentido crítico hacia las instituciones de Gran Bretaña. Al final, el nombre del disco hizo alusión a un capítulo de la novela “Last exit to brooklyn”, de Hubert Selby, el cual ofrece una mirada alrededor del underground “pesado” y de las calles del Brooklyn de la década de los 50.
- El dato: La banda inglesa The Smiths se formó en 1982 y es considerada como una de las más importantes de dicha década en la escena independiente. Su origen es Manchester y se separaron en 1987, dejando cuatro álbumes grabados con el sello Rough Trade Records.
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Una vez definido el nombre, la portada del disco, un símbolo pop de finales del Siglo XX, fue diseñada por Morrisey con la autorización del actor de cine (y galán de época) Alain Delon, quien la protagoniza con una foto a blanco y negro al más puro estilo del “film noir“.
De las canciones, destacan “Frankly Mr. Shankly”, la cual es una crítica al dueño de la disquera Rough Trade Records, Geoff Travis, con quien la banda ya enfrentaban serios problemas; de la misma manera, “Cemetry Gates”, dedicada a los críticos más feroces críticos de Morrisey y la más punk, “letrísticamente hablando”, “Bigmouth Strike Again”, en la que el vocalista se compara con Juana de Arco, en la hoguera, por las críticas que recibía de la prensa.
Completan el disco las melancólicas “I Know It’s Over” y “Never Had No One Ever” y la romántica “The Boy With The Thorn In His Side”.
- El dato: Para “The Queen is Dead” el cineasta Derek Jarman, quien también realizó videos musicales para bandas como The Sex Pistols y Pet Shop Boys, realizó un cortometraje de 13 minutos, abstracto, en el que la “romántica” “There is a light that never goes out”, fue incluida.
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En el proceso de grabación del álbum citado, The Smiths enfrentaba problemas legales, lo que retrasó el proceso por meses, además de que la banda estaba en vías de separación por las constantes adicciones de Johnny Marr y el carácter de Morrisey quien, en ese entonces, y hoy mismo, era conocido por sus posturas radicales.
En 2017 la banda relanzó el disco, remasterizado, en una “super deluxe edition” con dos CDs y DVD, además de una versión renovada del tema que le da título y una segunda parte con demos de las canciones.
Aunque Johnny Marr y Morrisey han tenido acercamientos, el llamado de los fans para verlos juntos nuevamente con The Smiths no ha hecho eco en sus oídos.
