Brillan las estrellas de Nascar México en el cielo de la Angelópolis con homenaje a la prevención del cáncer de mama

| 01:49 | Marco Antonio Jiménez Arreola | UnoTV
Nascar México Series
Nascar México Series. FOTO: Marco A. Jiménez

Con un azul profundo y despejado, entre algunas nubes blancas amaneció el cielo de Puebla este 13 de octubre, esperando que los bólidos de Nascar México Series hicieran su aparición.

Al ronroneo de unos de los mejores motores del país, la pista del Autódromo Miguel E. Abed, en Puebla, abrió sus puertas a la integración, al deporte, a la adrenalina, a la convivencia familiar y al turismo que gusta de la velocidad.

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Y no es para menos, la Nascar México Series tendría uno de los eventos más importante de la temporada, de la fecha 11, para dar la premisa a la final que llegará a la Ciudad de México este 2 de noviembre.

Mujeres entran gratis a la Nascar por un gran motivo

Aunque el olor de caucho quemado y la piel erizada por lo el rugido de los motores normalmente se asocia a un gusto meramente masculino y lleno de testosterona, las mujeres han dejado en claro que no se quedan atrás.

No solo por la presencia de la experimentada piloto Regina Sirvent, sino por la gran asistencia de féminas a la carrera de la Nascar México Series en Puebla, entre las que se encontraba la actriz Bárbara Torres, con una participación especial parte del evento.

El circuito del Miguel E. Abed se pintó de rosa, aunque de manera simbólica, en apoyo a todas esas mujeres incansables y luchadoras contra el cáncer de mama, además de todas aquellas que lo pueden prevenir y por todas aquellas que requieren apoyo.

El acceso para todas las mujeres fue gratuito con la finalidad de concientizar sobre esta problemática, sobre la cual cada vez más hay más información.

Tres competencias una sola pista

La fiesta en Angelópolis, tuvo como eje la Nascar México Series, Nascar Challenge Series y Trucks México Series, en busca del premio principal y llegar a la gran final entre los mejores.

Como estrellas en el cielo, se alinearon los autos de Nascar.

Vences, nos mostró un poco de su ritual de salida, no sin antes dejar en claro que la verdadera gasolina de su equipo es la familia, el trabajo y la motivación.

El respeto solemne al himno nacional, hacía que todas y todos los asistentes elevarán sus manos a la altura del corazón para saludar al lábaro patrio, escoltado por elementos del honorable Ejército Mexicano.

Con una última oración, el piloto del GrupoTop-MediaTek se inclinó y mostró respeto frente a su auto, para adentrarse en otra épica jornada, una batalla inolvidable en el óvalo de Puebla, pactada a 110 vueltas.

Con el grito de guerra, empezaron a rugir los motores, dando pie al inicio de la contienda.

Cual caballos rampantes salieron disparados en la pista de asfalto.

Arranque en Nascar México Series, temporada 11 en Puebla

Ondeando la bandera verde, los pilotos metieron acelerador a fondo, dando una fiesta de sonido con todos los motores juntos.

Uno a uno empezaron a tomar sus posiciones dejando en claro quienes se harían cargo de la contienda y sacarían el boleto para tener una carrera en el circuito capitalino del país, tomando en cuenta que solo cuatro podían pasar a la siguiente fase, empezaron los picoteos.

Alex de Alba Jr. delequipo AGA-Red Cola, no quería dejar el frente, pero los pilotos de Canel’s, no iban a dejar el camino tan fácil.

Desde la primera vuelta, Andrés Pérez de Lara abrió la primera bandera amarilla con un incidente que hizo que su auto impactara contra el muro de contención, dejando al vehículo notablemente lastimado.

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Reanudando la carrera, Rubén García Jr. del equipo Canel´s-Logitech fue presionando a Alba, de manera muy estrecha por unas cuantas milésimas pisando los talones.

Casi a una hora de iniciada la carrera, Nico Rivas fue otro de los que tuvieron desperfectos a tal grado que el auto no lo dejó pasar hasta los pits y fue a impactarse contra las llantas de protección.

El fuego en el circuito poblano se enfrió con la entrada a los pits de los autos, cinco minutos de alta velocidad para cambio de llantas, algunos arreglos y un reposte de gasolina.

Rubén García Jr. logró subir de posición a la primera instancia luego de la salida después de los pits, lo que dejó en la segunda posición a Alex de Alba Jr., gracias a la estrategia del capitalino.

El mal momento fue para Helio Meza y Diego Ortíz, debido a un acercamiento que terminó por desplazarlos a ambos y dejar afuera de la competencia a Diego Ortíz, mientras que Helio intentaba circular hasta los pits, pero bólido ya no daba más al tener una suspensión totalmente vencida y una llanta medita en la carrocería.

Para el regreso Alex terminó por bajar a la cuarta posición, pero a la vuelta 78 retornó a la tercera con la intención de retomar el liderato.

A la vuelta 87, Alba subió nuevamente, dejando a Rubén García en segundo, lugar ocupó hasta la final del encuentro.

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A pesar de los accidentes, entre los que estuvo la llanta destrozada de Miguel Treviño, no hubo tantas banderas amarillas como en otros encuentros.

El que dio la sorpresa fue Santiago Tovar, compañero del equipo Canel´s-Logitech de Rubén García Jr. que le ganó a Rodrigo Rejón, del equipo NRG-Auriga, para quedar tercero en el podio.

Los 33 autos dejaron todo el terreno, para pasar a una final incalculable que mostró a tres ganadores indiscutibles, pero que también sacó a tres pilotos de la competencia que se traslada a la CDMX.

Alex de Alba Jr., Rubén García Jr. y Santiago Tovar ganaron el encuentro y recibieron los trofeos de manos de la secretaria de Turismo de Puebla, Marta Órnelas.

La champaña no podía faltar y entre los tres terminaron las botellas para dar fin a una competencia por demás reñida y acelerada, pero con grandes resultados para la Nascar México Series.

En las gradas se pudo escuchar los gritos de alegría, otros de frustración y unos más de gozo ante lo percibido.

Luego del podio, los asistentes se acercaron a pedir una selfie, a sugerir anotaciones y a acercarse a los autos ganadores de la batalla automotriz.

Con una tormenta casi cantada a la lejanía, y la caída del sol en el horizonte, Nascar se despidió de Puebla, con la promesa de regresar para una nueva partida y el rugir de los motores hambrientos de asfalto.