¿Qué contiene el tesoro arqueológico que se encontró en la Cueva de Tlayócoc en Guerrero?

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer la localización de un tesoro arqueológico en Guerrero, un gran descubrimiento que muestra piezas que habrían sido colocados en el sitio del hallazgo, entre los años 950 y 1521 d.C.
Los bienes patrimoniales fueron localizados en la Cueva de Tlayócoc; ya quedaron registrados en las bases de datos del INAH y se encuentran bajo custodia de las autoridades comunitarias.
¿Qué contenía el tesoro arqueológico hallado en Guerrero?
El tesoro arqueológico en Guerrero contenía 14 objetos pertenecientes a la cueva de Tlayócoc: tres brazaletes de concha; el fragmento de una pulsera, también de origen malacológico; la concha de un caracol gigante, posiblemente de la especie Strombus sp.; un madero quemado de 3.2 centímetros de largo y vestigios de ocho discos de piedra (dos completos y seis incompletos).
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De acuerdo con lo observado, hasta el momento, cada brazalete fue manufacturado a partir de una concha de caracol, posiblemente de la especie marina Triplofusus giganteus, para después ser grabado con símbolos y figuras antropomorfas, entre las que destacan motivos en forma de ‘S’, conocidos como xonecuilli, líneas en zigzag, círculos y rostros de perfil que representarían a personajes.

Los discos tienen en promedio un diámetro de 9.5 centímetros, un grosor de 0.5 centímetros y presentan minúsculas horadaciones en sus extremos.
¿Qué se sabe del origen de los objetos prehispánicos que encontró el INAH?
Los arqueólogos estiman que los bienes patrimoniales fueron colocados durante el periodo Posclásico, entre los años 950 y 1521 d.C., cuando el área estaba poblada por la etnia extinta de los tlacotepehuas, según se sabe por fuentes históricas del siglo XVI.
Algunos de los brazaletes, además, guardan similitud con piezas de sitios arqueológicos guerrerenses como el Infiernillo, en Coahuayutla, y de regiones culturales más lejanas, como la Huasteca.
La comunidad de Carrizal de Bravo se ubica a 2 mil 397 metros sobre el nivel del mar, y está rodeada de densos bosques de pino y encino, en el municipio de Leonardo Bravo.
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Sus pobladores recuerdan que sus ancestros caminaban grandes distancias para pastorear ganado; eran nahuas ‘chiveros’ que transitaron al sedentarismo.
Su primer asentamiento fue en un paraje llamado el Aserradero, sin embargo, debido al frío, hace menos de un siglo se trasladaron a menor altitud para fundar la comunidad donde viven hoy. Se trata de poblaciones de las que se tienen pocos estudios en torno a su historia y cultura.
¿Cómo fue posible la localización de este tesoro arqueológico?
El tesoro arqueológico en Guerrero fue hallado durante el otoño de 2023, en las inmediaciones de Carrizal de Bravo, cuando el joven guía Adrián Beltrán Dimas llevó a la espeleóloga rusa Yekaterina Katiya Pavlova a la cueva de Tlayócoc, para hacer un mapeo que ella ha estado realizando en la región durante los últimos años.

En esa ocasión llegaron al fondo de dicha gruta, ya explorado, y decidieron adentrarse por un pasaje sumergido y desconocido, lo que los condujo a otra sala, donde para su sorpresa, encontraron dos brazaletes de concha con motivos grabados estaban colocados en las estalagmitas, y el resto de las piezas prehispánicas.
Tras este hallazgo, enseguida avisaron a las autoridades ejidales y al comité de vigilancia, quienes resguardaron las piezas para evitar que fueran saqueadas. Recientemente, dichas instancias locales solicitaron la presencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para registrar los elementos e inspeccionar nuevamente la cueva de Tlayócoc.