Mario Vargas Llosa lidió con una enfermedad sin cura desde 2020: ¿cómo fueron sus últimos años?

Mario Vargas Llosa, escritor peruano que murió a los 89 años, vivió durante cinco años con una enfermedad grave que no tenía cura. El ganador del Premio Nobel de Literatura fue diagnosticado en 2020 y decidió reservar su estado de salud a su círculo más cercano, según el diario El País.
¿Qué se sabe de la enfermedad sin cura de Mario Vargas Llosa?
Los médicos le anunciaron a Mario Vargas Llosa que padecía una enfermedad incurable en el verano del año 2020, según dijo el entorno cercano del escritor al diario El País a raíz de su muerte.
Una de las primeras cosas que hizo tras el diagnóstico fue escribir una carta a sus hijos Álvaro, Morgana y Gonzalo. Así, les habló de su enfermedad que, aunque sin cura, había tratamientos capaces de retrasar la muerte.
Hasta el momento, no se ha revelado exactamente cuál fue la enfermedad que afectó al autor de “La Ciudad y los Perros”, tampoco se sabe cuál fue la causa de muerte.
¿Cómo fueron los últimos años de vida del escritor?
Mario Vargas Llosa no hizo pública la noticia de su enfermedad y no le gustaba hablar de eso, al menos no directamente, de acuerdo con el diario español.
La carta y el diagnóstico sirvieron para unir al Nobel de Literatura con sus hijos y olvidar los problemas que tuvieron en 2015, cuando el intelectual rompió su matrimonio de 50 años con Patricia Llosa para iniciar una relación con Isabel Preysler.
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Un año antes de saber de su enfermedad, a los 83 años, vivía un romance con Preysler y estaba a punto de publicar su novela número 19 y, tras saber del padecimiento, siguió haciendo una hora diaria de ejercicio y continuó escribiendo todos los días.
Su “inercia doméstica” comenzaba con una tabla de gimnasia, unas horas dedicado a escribir hasta el mediodía, tarde de lectura, una nueva sesión de ejercicio físico y, finalmente la cena.
A pesar de su diagnóstico, Mario Vargas Llosa decidió no cancelar ningún compromiso, retoma El País.
Así vivió la pandemia de COVID-19 Mario Vargas Llosa
Mario Vargas Llosa vivió el confinamiento por la pandemia de COVID-19 en la casa de Isabel Preysler, en la exclusiva urbanización Puerta de Hierro de Madrid.
Cabe destacar que Preysler también estuvo en una relación con Julio Iglesias, por lo que el escritor fue cazado por los paparazzi y reporteros de espectáculos; sin embargo, logró ocultar sus visitas médicas a la prensa.
En abril de 2022 fue ingresado a una clínica en Madrid, España, en donde se estaba tratando. Álvaro, su hijo mayor, informó que fue hospitalizado por un cuadro de COVID-19.
En diciembre de ese año, terminó su relación con Isabel Preysler. En entrevista con El País, en febrero de 2023, aseguró no arrepentirse de nada. “La experiencia se vivió y ya está”, dijo.
El retiro de Vargas Llosa y sus últimas apariciones
Mario Vargas Llosa volvió a ser ingresado en la clínica madrileña en julio de 2023 y su familia comunicó una vez más que el motivo era el COVID-19.
En octubre, anunció su retiro con una nota al final de “Le dedico mi silencio“, su última novela. Dos meses más tarde, se despidió de su quehacer como columnista en el propio diario El País tras 33 años.
A partir de ahí, redujo sus viajes y apariciones públicas, aunque el verano de 2024 lo pasó en Grecia y Madrid con su familia. Esa fue su última visita a España, en donde los paparazzi lo captaron delgado.
Los últimos meses de vida del escritor en Perú
El también autor de “Travesuras de la niña mala” pasó sus últimos meses de vida en Lima, Perú, rodeado de su gente cercana y atendido en su casa por un equipo de profesionales.
Patricia Llosa, su entonces exesposa, estuvo con él hasta el final. Por su parte, Mario se dedicó a visitar los escenarios limeños de algunas de sus novelas como el Colegio Militar Leoncio Prado y el antiguo barrio rojo de Lima, donde se desarrolló “La ciudad y los Perros”.
En marzo pasado, antes de su cumpleaños 89, regresó a los lugares donde ambientó sus últimas novelas:
- La zona de Cinco Esquinas, en Barrios Altos, que da nombre a “Cinco Esquinas”
- La casa donde nació Felipe Pinglo, que inspiró “Le dedico mi silencio”
El 28 de marzo celebró su cumpleaños en familia en su casa.
¿Qué pensaba Mario Vargas Llosa de la muerte?
En 2019, antes de recibir su diagnóstico, reflexionó sobre la vejez y la muerte en entrevista a la cadena británica BBC. “La muerte a mí no me angustia”, dijo.
“La vida tiene eso de maravilloso: si viviéramos para siempre sería enormemente aburrida, mecánica. Si fuéramos eternos sería algo espantoso. Creo que la vida es tan maravillosa precisamente porque tiene un fin”.
Mario Vargas Llosa
En esa ocasión, reconoció que le gustaría que “la muerte me hallara escribiendo, como un accidente“, es decir, que le interrumpiera al escribir. “Ese sería mi ideal”, señaló.
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Cuatro años más tarde, ya con el diagnóstico, reiteró a El País que ser inmortal le parecería “aburridísimo”, aunque reconoció que le gustaría irse tarde, sin ocultar su desprecio por el deterioro humano.
“Lo que yo detesto es el deterioro. Las ruinas humanas. Es algo terrible, lo peor que podría pasarme. Por ejemplo, ahora tengo problemas de memoria. La memoria la tuve siempre muy lúcida. Recordaba las cosas, y noto cómo se ha empobrecido”, dijo.
Cabe destacar que a la BBC también le hizo saber dicho desdén. “Me gustaría haber vivido la vida hasta el final y sobre todo no haberme muerto en vida, que es el espectáculo que me parece más triste para un ser humano”.
Para el final de su vida, su memoria estaba más frágil, pero siempre decía que quería ser recordado como escritor. “Aunque uno no sabe en qué forma va a ser recordado, si es que va a ser recordado”, aclaraba.
No era su preocupación central. Mario Vargas Llosa decía que no escribía para la muerte, que escribía para la vida, remató el diario El País.