En Tonalá, Jalisco, la familia Bernabé es famosa porque produce artesanías que se distinguen por una hermosa y compleja técnica llamada petatillo, la cual ha logrado cotizar una vajilla en más de 300 mil pesos.
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Las artesanías de la familia Bernabé
La técnica del petatillo consiste en hacer una figura principal y el resto de la pieza se rellena con líneas que se entrelazan y dan el aspecto de un petate, de ahí el nombre. Esta técnica es tan delicada y requiere de tal precisión que pueden tardar meses en terminarse.
José Bernabé Campechano es el pionero, y tres generaciones de su familia son las que han mantenido viva esta técnica; actualmente su hijo José continua con el legado a lado de sus hermanos e hijos
“Cada una de las piezas son únicas. Nunca hay un trazo previo, no hay un bosquejo, únicamente pintamos lo que va surgiendo de la imaginación. Al primer proceso le llamamos palmeado, el cual constituye la idea básica del diseño de la pieza; esto lo hace uno de mis hermanos. Posterior a ello, otro empieza a delinear las sombras que corresponden a las flores, y luego otro de mis hermanos empieza a delinear los animales a darles vida. Uno más de mis hermanos pone la primera línea, empieza a cubrir los espacios vacíos, línea por línea; finalmente, uno de mis hermanos pinta el lado opuesto para formar el entrelazado”
José Bernabé.
Así es el famoso taller de la familia Bernabé en Tonalá, Jalisco
Su galería está ubicada en Tonalá, Jalisco, y al entrar al local de tabique rojo puedes ver un sin fin de piezas de cerámica de distintas formas y con distintos usos, aunque una resalta entre todas por su belleza y número de piezas: es una vajilla decorada con color azul y un tono rojizo.
¿Por qué cuesta más de 300 mil pesos una vajilla de petatillo?
De acuerdo con la familia Bernabé, estas piezas han tardado meses en elaborarse debido a su complejidad, ya que participan los ocho hermanos y cada uno realiza un proceso.
El barro lo mezclan con los pies alrededor de dos o tres horas para luego iniciar con la elaboración en el torno de jarrones, floreros y demás piezas. Cuando la pieza es terminada y sacada del molde se debe dejar varios días al sol para que expulse toda la humedad y no se rompa en el horno.
El pincel para trazar estas finas líneas está elaborado ni más ni menos que con pelo de perro callejero, y es que don José, estos son más duros y les funcionan mejor para plasmar su arte.
Los hermanos confiesan que es difícil comercializar y vivir de este oficio, pues si llegan a vender un plato de mil pesos, a las diez personas que participan en su elaboración les corresponde un salario de 100 pesos para cada uno. Aún así dicen estar orgullosos porque con este trabajo siguen honrando el nombre de su padre.
Sus artesanías son muy populares y han formado parte de grandes momentos como cuando una de sus vajillas fue prestada para la reunión en el Hospicio Cultural Cabañas, donde el expresidente de México, Felipe Calderón, se reunió con su homónimo de Estados Unidos, Barack Obama, y el ex primer ministro de Canadá Stephen Harper.
La vajilla fue utilizada en la cena oficial, y aunque había sido rentada, el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, terminó comprándola.
Obama quedó maravillado con ella y bromeo con llevarse el servilletero, y Calderón bromeó diciendo que la dividiría a la mitad para que ambos mandatarios se la llevaran de recuerdo de su encuentro.
De Tonalá para el mundo… y el Vaticano
También le enviaron al papa Juan Pablo II un juego de café, y conservan con orgullo el recibo por parte del Vaticano del año 1991.
Esta hermosa tradición ha sido elegida libremente por cada miembro, y aunque se les han dado otras opciones, han elegido seguir fabricando artesanías.
Don José y sus hijos han aparecido en múltiples medios de comunicación de todo el mundo que se ha maravillado con este arte tan meticuloso del petatillo.
