“Ningún desastre es natural”: Arturo Hernández Alcázar fusiona arte y tecnología en exposición sobre huracanes en el MUCA

| 21:54 | José Fernando Franco Gutiérrez | UnoTV | CDMX
Arturo Hernández Alcázar, artista que expone en el Museo Universitario de Ciencias y Arte (MUCA) de la UNAM
Arturo Hernández Alcázar expone en el MUCA de la UNAM. Foto: cortesía

Bajo la premisa de “ningún desastre es natural, todo desastre es humano”, el Museo Universitario de Ciencias y Arte (MUCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recibe la obra del artista multidisciplinario Arturo Hernández Alcázar quien, en plena temporada de huracanes, presenta una exposición sobre estos fenómenos meteorológicos.

El artista, cuya obra se ha expuesto en lugares diversos del orbe como Holanda, Alemania, Rusia, Francia y Estados Unidos, centra su reciente exposición en los huracanes como posibilidad transformadora, más allá de los desastres asociados a ellos.

En entrevista con UnoTV, Arturo Hernández, quien es egresado de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, señala que la premisa de que “ningún desastre es natural, todo desastre es humano”, nació de la idea de que un huracán – sistema que enfría e hidrata -,“se convierte, en realidad, en un desastre económico, social y hasta político cuando entra en contacto con lo humano”.

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La exposición, a decir de la descripción que de ella hace el propio MUCA, se asume como un gesto artístico y político que desafía la idea de que todo postulado científico, con sus aparatos de medición y control, pueda aspirar a la prevención, alerta o toma acciones preventivas frente a los fenómenos meteorológicos.

Imagen: MUCA / UNAM

¿Cómo nace la intervención artística montada en el MUAC?

Arturo Hernández Alcázar cuenta a UnoTV que si bien llevaba tiempo investigando y haciendo cosas alrededor de la meteorología, no fue hasta 2015 que decidió emprender su búsqueda de huracanes.

“En mi búsqueda de huracanes, en el año citado, llegué a Campeche y al revisar la página del Meteorológico la información detallaba que ‘no había indicios de formación de ciclón alguno’, entonces era como muy curioso pensar en ir a buscar un huracán donde no lo había. Yo llegué en junio y la temporada de huracanes en el Atlántico empieza en mayo y termina en noviembre”.

Arturo Hernández / Artista.

El creador abunda que en esa aventura comenzó a buscar “marcas”, algo que siempre le ha interesado a lo largo de su trabajo:

“Marcas que deja el espacio, las fuerzas, ya sean las transformadoras del progreso y la producción o las que dejan las fuerzas de un huracán que, finalmente, se conectan con todo nuestro modelo económico, con el cambio climático o calentamiento global”.

Arturo Hernández.

Arturo Hernández Alcázar trabajando en su obra. Foto: cortesía

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Fue a partir de esas marcas, y de una hoja de papel que el artista encontró entre sus dibujos y archivos que tenía escrita la leyenda “ningún desastre es natural, todo desastre es humano”, que Alcázar decidió echar a andar la maquinaria para intervenir el MUAC.

“Cuando planeábamos el proyecto de la exposición, a principios de este año, argumentaba dos cosas, una, que yo no sabía cómo iba a ser la obra, que quería echar a andar un proceso que iba a devenir en una serie de obras, o en una sola, y eso es curioso en la exposición, porque en algún momento se pierden los límites entre una obra y la otra… En realidad, yo la entiendo más como una sola obra, como algo que sucede, como un laboratorio”.

Arturo Hernández Alcázar.

Al ser cuestionado sobre los apoyos para montar la exposición, la cual abarca toda la sala del museo, Hernández Alcázar detalla que intervinieron muchas personas, muchos conocimientos y saberes.

“Gente del Instituto de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, de las facultades de Arquitectura, Diseño, Ingeniería; eso también es como una réplica del huracán. Yo quería, digamos, introducir las fuerzas que produce el huracán dentro del museo y quería que su proceso fuera de múltiples factores, que acudiera la ciencia, otros conocimientos, otras técnicas”.

Arturo Hernández Alcázar.

Además de la propia UNAM y dada la intervención tecnológica que supuso recrear un huracán, con sonidos incluidos y con “una traducción del ruido constante y cambiante de la atmósfera”, el montaje contó con la colaboración de OGUN Soluciones en TI, el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, el Instituto de Ingeniería, el Grupo de Ingeniería de Viento, Laboratorio del Túnel de Viento, el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas y la Facultad de Arquitectura.

La traducción del sonido del viento, obra central de la exposición de Arturo Hernández Alcázar

Arturo Hernández y la curadora de la obra, Aleida Pardo. Foto: cortesía

Al hablar sobre la obra central de la exposición, el artista detalla que una de las premisas del proyecto, el cual se podrá apreciar hasta diciembre de este año, fue el lenguaje y su manifestación primaria a través de los huracanes.

“La premisa es que quizá las fuerzas de la atmósfera, sus manifestaciones y expresiones, son el primer lenguaje que se habló en la Tierra… Un lenguaje que probablemente, cuando llegamos nosotros, los homínidos, lo podíamos hablar, lo entendíamos. En el desarrollo de nuestro propio lenguaje humano, lo dejamos de hablar, de comprender, sin embargo lo podemos seguir midiendo y podemos seguir haciendo predicciones”.

Arturo Hernández Alcázar.

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Para el artista, el sonido del viento es una forma de lenguaje y señala que fue gratificante cuando investigadores de Ingeniería de Vientos le confirmaron el postulado e, incluso, le explicaron que hay una especie de escala de emociones relacionadas a velocidades de viento: desde un remanso que puede generar una sensación de paz, placentera, con una pequeña brisa tibia, hasta un ataque de pánico que puede devenir con un ventarrón.

“Lo que yo quería hacer con la sonoridad de la atmósfera, de los fenómenos que escapan a nuestra percepción, a nuestros sentidos, era amplificarla y traerla al campo sensible, al campo auditivo humano, entonces empezamos a trabajar con un ingeniero en audio, un programador y otro ingeniero técnico del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y con su estación de meteorología”.

Arturo Hernández Alcázar.

De tal forma, que la pieza central de la exposición de Arturo se compone de un sistema de sonificación de datos, a partir de lo que recoge la estación meteorológica.

“Inicialmente, la estación meteorológica recibe las fuerzas del viento y las mide en formas de voltaje y ese voltaje se va a traducir en datos alfa numéricos y de ahí va a salir, a través de una url, por internet, al museo, a una computadora con un sintetizador complejo que produce frecuencias y ondas de distinto tipo. Ese sintetizador hace una nueva traducción de los datos alfa numéricos para convertirlos en frecuencias y de nuevo vuelve a salir, como voltaje, a una red de bocinas en donde se distribuye percutiendo en muebles que obtuvimos de la UNAM, muebles de bajas que son prácticamente de la academia: escritorios, anaqueles, archiveros, instrumental de laboratorio, tubería… Este mobiliario realiza la amplificación de lo que realmente escuchamos en la sala”.

Arturo Hernández Alcázar.

A manera de conclusión, el artista señala que la ciencia aún tiene muchos retos, sin embargo, considera que todo conocimiento también genera una destrucción… por lo menos de un conocimiento mayor y en la exposición del MUAC hay varias piezas que hacen énfasis en ello, como una montaña de escombros de la cual emerge un poste con un anemómetro (aparato para medir la velocidad del viento) desconectado, “en el sentido de que la ciencia siempre va a tener este ímpetu de ir más allá, de seguir midiendo y seguir midiendo…”.

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El artista y la curadora Aleida Pardo mostrando su obra. Foto: cortesía

“Tuve la oportunidad de tener muy buenos apoyos, colaboradores, desde los institutos de Ciencias, Ingeniería, hasta de un coleccionista, la galería con la que trabajo, ‘Banda Municipal’, que me apoyó muchísimo y estudiantes de arquitectura, diseño y obreros de una construcción (trabajadores) que montaron piezas con malla sombra. Reuní gente, saberes, formas de hacer; yo actuó de manera muy porosa, dejo entrar y salir muchas cosas y la pieza también; incluso la intervención al museo hace justo eso, ahorita que está lloviendo se está metiendo el agua en la exposición, porque retiré ventanas justamente en ese ejercicio político, arquitectónico, de dejar entrar dentro de esta arquitectura simbólica del museo, que es de contención de los saberes, la Universidad misma, dejar entrar las fuerzas del exterior, lo cual no provoca un huracán, sino una pequeña brisa.

El arte tendría que ser algo que enrarezca el mundo, no que lo aclare, que generé nuevas preguntas que quizá de otro modo no nos las haríamos, en ese sentido, trabajar con científicos desde el arte, fue superinteresante”.

Arturo Hernández Alcázar.

Los datos:

  • La exposición “El Centro de Huracanes del Museo Universitario de Ciencias y Arte afirma que ningún desastre es natural” se puede visitar hasta el 7 de diciembre del 2024
  • El Museo Universitario de Ciencias y Arte (MUCA) se encuentra en el Circuito Escolar (S/N) frente a la Rectoría y a un costado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM
  • El horario es de 10:00 a 18:00 horas y el acceso es gratuito

Acerca del MUCA

MUCA. Foto: Cuartoscuro

El MUCA abrió sus puertas en 1960 y es el primer espacio construido en México proyectado para cumplir con las funciones de un museo que responde a las demandas de su comunidad, con tres principios fundamentales: ser un museo dinámico con apertura a todas las variantes del arte, poseer un espíritu conciliador entre la ciencia, el arte y las humanidades, y no incluir una colección permanente.

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