Tras el lamentable deceso del doctor Mario Molina, Premio Nobel de Química en el año 1995,
uno de sus compañeros y amigos, el Doctor Antonio Lazcano, investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), nos habla sobre su principal obsesión y las pasiones de este destacado científico mexicano.
En entrevista para el noticiero de José Cárdenas en Uno TV, Lazcano señaló que la pasión de Mario Molina fue precisamente la obsesión científica, los deseos de conocer, los deseos de comprender y de comunicar.
De acuerdo con lo relatado por el investigador de la UNAM, un dato que muchos no saben es que cuando se fundó el Centro Mario Molina, de la Facultad de Química, el doctor Molina estaba trabajando con proyectos para promover la ciencia entre los niños, “que finalmente, me parece un acto de generosidad intelectual enorme”.
“Él tenía rasgos que son típicos de todos los grandes científicos, de todos los grandes investigadores, una curiosidad absoluta, le gustaba mucho escuchar, le gustaba mucho aprender”.
Antonio Lazcano, investigador de la UNAM.
Entre los grandes aportes de Mario Molina, se encuentra que nos permitió entender la química de la atmósfera, una atmósfera que ha estado evolucionando desde que el planeta se formó, hace 4 mil 600 millones de años; se percató de que la capa de ozono puede ser dañada con una serie de compuestos, producto de la actividad industrial, del descuido, de los excesos.
La pasión de Mario Molina como científico era diagnosticar los problemas ambientales del planeta, pero coincidía en que la respuesta y la solución a tales problemas no es de los científicos, es de la sociedad y de los políticos.
“Cuando se le preguntaba qué ventajas y desventajas le había traído el Premio Nobel, Mario Molina decía que le había permitido acercarse a las personas que están en el poder y tratar de hacerlos escuchar y comprender; hubo gente que fue sensible a eso como el presidente Obama, Clinton, que fue el primero con el que empezó a interaccionar”.
Antonio Lazcano, investigador de la UNAM.
No obstante, Lazcano señala que Molina empezó a convertirse en un defensor del medio ambiente, una persona preocupada por el cambio climático, por la pérdida de la diversidad biológica, por la contaminación y logró darse cuenta de que estos son factores estrechamente correlacionados entre sí, y que la sociedad entera tiene que enfrentarlos y comprenderlos para poder encontrar una solución.
“Mario Molina expresaba abiertamente sus opiniones, es una de las personas que más visiblemente demostró, en la sociedad mexicana, en la sociedad mundial, que la ciencia no puede ser ignorada por los políticos, por los dirigentes y tampoco puede ser ignorada por la sociedad”.
Antonio Lazcano, investigador de la UNAM.