Un paciente londinense se convirtió este jueves en el primer ser humano al que se le implantó un ojo impreso en 3D, informó el hospital de la capital británica que llevó a cabo la operación.
Steve Verze, que tiene 47 años y es ingeniero, recibió el ojo izquierdo creado completamente de forma digital, afirmó el Moorfields Biomedical Research Centre en un comunicado.
Verze probó el ojo por primera vez el 11 de noviembre junto con una prótesis acrílica de fabricación tradicional. Pero regresó a casa este jueves como la primera persona del mundo en recibir un ojo impreso en 3D
La utilización de la impresión en 3D debe reducir a la mitad el proceso de fabricación de la prótesis, que en la actualidad tarda seis semanas, precisó el hospital.
“Necesito una prótesis desde los 20 años, y siempre me he sentido acomplejado por ello”, explicó Varze.
“Cuando salgo de casa, a menudo me miro en el espejo y no me gusta lo que veo”, añadió. “Este nuevo ojo impreso en 3D es fantástico y sólo puede ir a mejor”.
¿Cómo funciona el ojo impreso en 3D?
Los implantes acrílicos actuales requieren que se haga previamente un molde de la cuenca del ojo, un procedimiento engorroso, especialmente para los niños, antes de colocarlos y pintarlos.
Este ojo impreso en 3D funciona con un simple escaneo. Un programa informático elabora un modelo en tres dimensiones y los resultados se envían a una impresora en Alemania, que produce el ojo en dos horas y media.
Más rápido de hacer, este ojo falso también parece más natural, ya que permite que la luz pase a través de toda su profundidad.
“Esperamos que este ensayo clínico nos proporcione pruebas sólidas del valor añadido de esta nueva tecnología y de la diferencia que supone para los pacientes. Está claro que tiene el potencial de reducir las listas de espera”, comentó el profesor Mandeep Sagoo, oftalmólogo del hospital.
Según la Moorfields Eye Charity, más de 8 millones de personas en todo el mundo tienen una prótesis ocular, debido a una deformación, enfermedad o traumatismo. La organización señala que las técnicas de fabricación han cambiado poco en los últimos 50 años.