Científicos de origen hindú descubrieron un nuevo indicio de vida en la atmósfera de Venus, se trata de rastros de glicina, un tipo de aminoácido que se produce naturalmente en los cuerpos vivos y juega un papel clave en la creación de varios otros biocompuestos y proteínas importantes.
De acuerdo, con los expertos del Colegio de la Ciudad de Midnapore y del Centro Indio de Física Espacial, la detección espectroscópica de la presencia del aminoácido glicina (NH2CH2COOH), fue posible gracias al telescopio Atacama Large Millimeter / submillimeter Array (ALMA), y se cree que podría ser una de las claves para comprender los mecanismos de formación de moléculas prebióticas en la atmósfera de Venus.
El hallazgo ha hecho pensar a los astrónomos que la atmósfera superior de Venus puede estar atravesando casi el mismo método biológico que la Tierra hace miles de millones de años.
Anteriormente, se detectó glicina en el cometa 81P / Wild 2 (14) y 67P / Churyumov-Gerasimenko (15) pero ésta es la primera vez que la presencia de un aminoácido se informa sobre un planeta o luna. En el caso de Venus, la glicina fue detectada cerca del ecuador de Venus y en latitudes medias.
Mientras que cerca del polo, no hay evidencia de la presencia de glicina. Además, no se encontró una diferencia medible entre regiones con horario diurno y nocturno para la detección de glicina.
- La atmósfera desde la superficie de Venus hasta 140 km se divide en muchas capas de 1 km de profundidad y perfil de temperatura.
La detección de glicina en la atmósfera de Venus puede indicar la existencia de una forma de vida temprana en la atmósfera del planeta solar, según los expertos, quienes señalan que este tipo de aminoácido es un componente básico de las proteínas.
Sin embargo, los investigadores indican que aunque la detección de glicina en la atmósfera de Venus es un indicio de la existencia de vida, esto no una evidencia sólida, ya que aunque en la Tierra, la glicina se produce por procedimientos biológicos, es posible que en Venus la glicina sea producida por otros procesos fotoquímicos o medios geoquímicos, no comunes en la Tierra.
El descubrimiento ha sido publicado en el repositorio de la Universidad de Cornell, pero aún falta someterlo a revisión por pares.