Para tener una experiencia sexual satisfactoria no es necesario una gran imaginación, pero si cuidar no cometer estas 5 cosas que pueden arruinar el buen sexo en pareja, según la Universidad de Harvard en Estados Unidos.
- Problemas de relación
Los conflictos que no tienen nada que ver con el sexo, como las finanzas o las cuestiones relacionadas con la crianza de los hijos, pueden ser la raíz de un problema sexual. Sin embargo, también es posible que un problema sexual pueda afectar la capacidad de una pareja para llevarse bien.
Según los especialistas, la tensión y la distancia emocional pueden socavar la vida sexual de una pareja.
- Ansiedad por el desempeño
Preocuparse mucho por el desempeño sexual puede provocar que el sexo ya no sea agradable y ni siquiera posible.
La ansiedad por tener un buen sexo suele ser más frecuente tanto para hombres como para mujeres a medida que llegan a los 50 años.
- Imagen corporal y autoestima
Sentirse menos sexy puede obstaculizar una sensación de cercanía o un acto sexual inspirado, incluso puede inhibir a una persona de iniciar o responder a insinuaciones sexuales.
Algunos factores que pueden influir en que una persona se sienta menos deseable son: el paso de la edad, el parto, una mala alimentación, el aumento de peso o la caída del cabello.
- Expectativas y experiencias pasadas
Aunque la sexualidad es un impulso natural que acompaña a las personas durante toda la vida, la familia, cultura, antecedentes religiosos, los medios de comunicación y los compañeros moldean las actitudes hacia el sexo en cada individuo.
De acuerdo con los expertos, esto puede funcionar como una especie de “respaldo” para disfrutar de un sexo saludable; no obstante, también es posible que complique las relaciones sexuales.
- Estrés y cambios en el estilo de vida
El estrés y la fatiga pueden agotar rápidamente el deseo sexual, ya que afectan estos pueden ser provocados por distintos factores como: el cuidado de los hijos, preocupaciones financieras, padres que envejecen, problemas de salud, problemas profesionales y más.
Una sobrecarga de demandas competitivas puede impedir que las parejas nutran muchos aspectos de su relación, ya sea sexuales o de otro tipo.