Una mujer acudió al médico por un dolor intenso en el abdomen sin saber que estaba embarazada. Para sorpresa de los médicos, el feto se encontraba fuera del útero y, pese a los pronósticos adversos, el bebé nació pese a desarrollarse en la cavidad abdominal de su madre.
La increíble historia de un embarazo abdominal
Una mujer de 37 años que vivía en una isla remota, al este de Madagascar, acudió al servicio de urgencias con antecedentes de dolor abdominal de 10 días de evolución, según relata la revista The New England Journal of Medicine.
La paciente tenía antecedentes de dos partos vaginales a término y un aborto espontáneo. Sorprendentemente, los médicos hallaron un útero vacío, pero también un embarazo abdominal a las 23 semanas de gestación.
El feto se había anclado a la membrana que recubre la cavidad abdominal, justo encima del coxis de la madre. “Se realizó un diagnóstico de embarazo abdominal, un tipo poco común de embarazo ectópico“, describe el estudio.
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El bebé nace pese a gestarse fuera del útero
Debido al alto riesgo de hemorragia materna y muerte fetal, la paciente fue trasladada a un hospital de tercer nivel. A las 29 semanas de gestación se realizó una laparotomía con parto, dando pie el nacimiento del bebé.
El bebé, que tenía puntuaciones bajas de Apgar, revelando un precario estado de salud al nacer, ingresó en la unidad de cuidados intensivos neonatales. La madre y el bebé fueron dados de alta a casa 25 días y 2 meses, respectivamente, después del nacimiento.
¿Por qué fue tan extraordinario este suceso?
Los embarazos ectópicos, aquellos que suceden fuera del útero, se producen con mayor frecuencia en una de las trompas de Falopio, que es uno de los tubos que transportan los óvulos desde los ovarios hasta el útero, según la Clínica Mayo.
El hecho de que ocurran el la pared abdominal o el cuello uterino es poco usual. Sin embargo, el caso de la mujer de 37 años fue aún más extraordinario.
En menos del uno por ciento de los embarazos ectópicos, el embrión recién formado sale completamente del ambiente interno del útero y entra en la cavidad abdominal, donde se asienta contra la membrana peritoneal, el bazo o algún otro tejido u órgano, y teje una placenta.
Tarde o temprano, el peso sin soporte del niño en crecimiento y la presión de los órganos circundantes plantean riesgos tanto para el desarrollo del niño como para la salud de sus padres.
Asimismo, la muerte materna después de las 20 semanas de gestación puede ocurrir en casi uno de cada cinco casos debido al shock, la hemorragia y la insuficiencia orgánica múltiple.
A pesar de los riesgos, y los pronósticos poco favorables, tanto la madre como el bebé salieron del hospital sin mayores complicaciones.