El arcoíris se forma debido a la dispersión cromática y a la reflexión de la luz del Sol dentro de las gotas de agua de lluvia, así lo explica la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aclarando por qué suceden estos fenómenos en temporada de lluvias. En Uno TV te explicamos por qué se originan, según la ciencia.
¿Cómo se forman los arcoíris en el cielo?
La Universidad EAFIT de Medellín, Colombia, explica que los colores del arcoíris (rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta) en realidad son los colores de la luz del Sol. “Cuando juntamos luz de todos los colores, sorprendentemente se ve blanca, como sucede en el experimento del disco de Newton”, señala la institución.
Cuando llueve, la trayectoria de los rayos solares es desviada a través del agua como si fuera un reflector, emitiendo sus colores en diferentes ángulos para mostrar un arco. Cada color sale desviado por el reflejo en un ángulo distinto según su frecuencia, creando esa banda circular agrupando los reflejos de las gotas de lluvia, con los colores ordenados.
“En el cielo las gotas actúan como pequeños prismas y cuando la luz del sol las ilumina de la manera adecuada, la luz se separa en sus colores formando un arcoíris. Por esto, sólo podemos ver los arcoíris cuando llueve fuerte o hay una pequeña llovizna”.
Universidad EAFIT
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¿Por qué se crean los arcoíris dobles?
Cuando aparece un arcoíris en el cielo, generalmente puede verse doble. De acuerdo con la UNAM,este fenómeno recibe el nombre de arcoíris secundario, el cual se coloca arriba del principal.
Esto sucede debido a que la luz dentro de las gotas de lluvia sufre una segunda reflexión. “En este caso, el orden de los colores es inverso al que aparece en el arcoíris principal“, explica la UNAM.
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Recomendaciones para verlos mejor
De acuerdo con la UNAM, “en un ángulo de 42 grados entre la dirección de observación y la dirección de incidencia de la luz, el fenómeno es más notorio”. Además de esto, si se toma en cuenta la simetría esférica de las gotas, es decir, que se les percibe igual desde cualquier dirección, entonces todas las gotas que cumplen con dicho ángulo forman un arco circular.
Es por esta razón que, para poder observar el arcoíris, la persona tiene que estar situado entre el sol a sus espaldas y la lluvia en frente de ella, mientras observa desde un ángulo de 42 grados, como cae una cortina de agua con gotas más o menos esféricas y la intensidad es uniforme.