Vaya escondite encontró un preso en la cárcel de Kosovo para un teléfono móvil, pues tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por personal médico quienes lo encontraron en el estómago del paciente.
El hecho se registró en una clínica de la capital, Pristina. El paciente, cuya identidad no fue revelada, llevaba varios días quejándose de un fuerte malestar estomacal, por lo que la semana pasada fue trasladado al servicio de gastroenterología del centro clínico universitario de la capital kosovar. Allí, los médicos constataron que el recluso tenía un teléfono Nokia alojado en el estómago.
“El detenido, de 33 años, se había tragado un pequeño teléfono móvil, que se le extrajo. Por vía endoscópica, sin necesidad de abrirle el estómago, fue posible extraerle el teléfono, desarmado en tres partes”,
Skender Telaku, el gastroenterólogo que operó al preso
El paciente explicó a los médicos que se había tragado el teléfono hacía cuatro días. La intervención, que se realizó la semana pasada, duró más de dos horas y “sin complicaciones”, prosiguió el doctor Telaku.
El equipo médico prestó atención a “la batería del aparato (…) ante posibles fugas de ácido corrosivo”, comentó el médico.
“Fue como caminar sobre un campo minado, pero finalmente todo salió bien”
Skender Telaku, el gastroenterólogo que operó al preso
Después, la policía se llevó al paciente y al teléfono extraído del estómago del preso, de regreso al centro de reclusión, agregó el gastroenterólogo.
El teléfono en el estómago
El sujeto que tragó un teléfono móvil y con el que permaneció algunos días, es un Nokia 3010, modelo lanzado por la marca finlandesa en la década de 2000.