En la ciudad de Seri Kembangan, cerca de Kuala Lumpur, en Malasia, se dio una situación un poco habitual: un mono salvaje secuestró a un cachorro de dos meses y lo mantuvo como rehén durante tres días.
Los vecinos del lugar se dieron cuenta que el primate tomó al cacharro el pasado jueves y éste escapó por las líneas eléctricas, lo retuvo entre sus manos sobre un poste de luz y en lo alto de varios árboles.
A través de su cuenta de Facebook, Cherry Lew Yee Lee documentó el secuestro del cachorro y como algunos residentes le arrojaron piedras pequeñas y trozos de madera al mono con el ánimo de asustarlo y que dejara caer al cachorro, mientras que otros intentaron atraerlo hacia el suelo con comida.
Finalmente, le arrojaron una especie de petardos, que al estallar provocaron que soltara al perro. Su caída fue amortiguada por la espesa maleza y el follaje.
La misma Lew Yee Lee relata en su cuenta de Facebook que adoptó al cacharro y lo bautizó como Saru, palabra que significa “mono” en japonés.
El pequeño Saru fue revisado por un veterinario y aunque tenía algunas lesiones leves e hinchazón en la cabeza, su condición era buena.
“El mono no pareció lastimarlo, solo sostenía al cachorro mientras se movía. Parecía estar tratándolo como un amigo o su bebé”, señaló la joven.
Los habitantes del lugar señalan que el mono es parte de un grupo conocido por robar comida de las casas, y expresaron su preocupación por el hecho de que ahora estaban llevándose mascotas. Se cree que el perrito rescatado había sido arrebatado de una camada callejera.
El Gobierno de Malasia recibe cada año un promedio de más de 3 mil quejas sobre monos en todo el país, lo que ha llevado a instaurar un programa de sacrificios masivos de estos animales. Hasta 70 mil macacos fueron sacrificados anualmente entre 2013 y 2016.